BEHIND US

CAPÍTULO 5

Rachel se levantó muy entusiasmada la mañana siguiente. Estuvo toda la noche pensando en el contacto que le había dado su papá para encontrar a su mamá tratando de adivinar a quién pertenecería.

¿Debería mostrárselo a alguien? ¿Tal vez a Nathan? Él querría saber si hay alguna novedad respecto a su mamá. El problema era que aún no sabía si ese dato le llevaría a algún lado ni a quién pertenecía. Tal vez era un camino sin salida.

De esta manera, tomó las primeras dos decisiones del día. No le contaría a Nathan hasta haber averiguado más detalles sobre el asunto y definitivamente no hablaría con Carter al respecto. No le importaba de todas maneras. De hecho, no iba a hablar con Carter en absoluto. Jamás.

El rencor que Rachel le guardaba a Carter era de larga data. Era su hermano mayor. Cuidar de ella y de Nathan venía en la descripción del trabajo, pero a él no pareció importarle cuando decidió ocultarles la investigación en curso sobre la repentina desaparición de su madre, así como la presunta razón, a pesar de que ellos habían sido testigos del día en que su mamá se fue. Para rematar la situación, él mismo decidió abandonarlos sin siquiera despedirse. Sin un llamado telefónico, ni un "feliz navidad", ni un "feliz cumpleaños" durante años sin razón aparente. Ella sobrevivió, dentro de lo que cabe, pero desde que se fue ella tuvo que ver a Nathan sufrir ante sus ojos porque su hermano mayor, su mejor amigo, había desaparecido sin dejar rastro y ella ni siquiera podía darle una explicación, ni siquiera un número telefónico, que aplacara el dolor de su corazón. Luego de un tiempo y muchas peleas, logró que Nathan se recompusiera y comenzara a pensar en su futuro. De mala gana aplicó a la universidad y aprovechó la oportunidad para mudarse lo más lejos posible de esta familia disfuncional y se fue a vivir al campus y luego, a otra de las residencias de la familia.

Rachel siempre tuvo guardado el teléfono de Nathan en su agenda para que, en caso de necesitar hablar con alguien, siempre lo llamaría a él sin pensárselo dos veces. Habían compartido un vínculo durante esos años que ninguna relación que tuvieran podría igualar jamás. Eran hermanos y compartían los mismos dolores y las mismas dudas.

Cuando Nathan se fue, Rachel necesitaba un culpable porque de otra manera no concebía cómo una familia podía hacerse tanto daño entre sus miembros. Mentiras, hipocresía, ocultamientos y huidas sin explicación. Decidió culpar a Carter por haber abandonado a sus hermanos pequeños y por separar y destruir para siempre a esta familia. Ella pudo ver de primera mano cómo su huida también afectó a su padre, el cual, en el afán de protegerlos, cargaba con el dolor de perder a su hijo por algo que ni siquiera era su culpa del todo.

Rachel de a poco transformó el dolor en ira; la ira, en odio y el odio, en un rencor profundo. Todo eso se manifestó en cuanto vio su hipócrita rostro parado en el umbral de la puerta de entrada en el día de la boda de su padre.

Entendía por qué Nathan lo había llamado, sin embargo. Estaba entusiasmado de al fin haber conseguido una forma de llegar a su hermano y no iba a desperdiciar la oportunidad. Solo que no pensó que lo mezclaría con todos los demás invitados. Rachel, sin embargo, había perdido toda esperanza de recuperar del todo la relación con Carter.

Era domingo, así que hoy no tenía que trabajar. Cuando acabó de desayunar, se despidió de Amber y su padre, quienes le habían dicho que se irían de viaje a una cabaña para disfrutar de su pequeña luna de miel. Les deseó que disfrutaran y que avisaran en caso de cualquier emergencia. Nathan aún no se había levantado.

Levantó los platos y los lavó en la pileta de la cocina. Una vez hubo acabado, revisó el bolsillo trasero del jean en busca del papel con el número telefónico que Michael le había dado la noche anterior.

Tomó su teléfono celular de la mesa, lo miró y suspiró. Pensó un momento.

¿Realmente quería saber? ¿Qué tal si la respuesta no era lo que quería oír? ¿Qué tal si terminaba deseando nunca haberse enterado? ¿Qué tal si era un camino sin salida? ¿Qué tal si este era un número al azar de una guía telefónica que alguien le dio para despistarlo de su búsqueda? Después de todo, nadie había respondido...