CAPITULO 1

324 81 166
                                    

Era de tarde. La boda de Michael era al día siguiente. Era lunes por la tarde/noche y Rachel y Michael estaban juntos en la tienda del sastre probando distintos colores de traje y cambiando las corbatas para encontrar la perfecta combinación. Rachel venía repitiéndole la misma pregunta desde que su padre se acercó a ella con esta loca idea y este día no fue la excepción

—¿Estás seguro de que quieres hacer esto?

—Si, quiero. No importa cuántas veces lo preguntes la respuesta no cambiará —respondió Michael convencido, mientras ella le ajustaba la última corbata que se había probado.

Ella suspiró frustrada.

—Tu funeral.

—¡Hey! —gritó su padre en voz baja y la miró con desaprobación.

—¿Qué? No es un secreto que ella no me gusta. Digo, ¿tiene que ir luciendo como una prostituta todo el rato? Ten algo de decencia.

La mirada de desaprobación de Michael era evidente.

—Ya verás que te gustará cuando la conozcas. Ella es linda y cariñosa y preocupada —dijo él mientras se giraba hacia el espejo para mirarse no del todo satisfecho.

Rachel revoleó los ojos mientras suspiraba frustrada.

«Lo que le preocupa es no heredar nada en tu testamento», pensó Rachel para sí misma.

—Solo no me obligues a llamarla mamá porque no lo haré. Así que... ¿ella qué usará?

Michael se volteó hacia ella con su teléfono en la mano y le mostró la última foto que Amber le mandó de la última prueba de vestuario a la que acudió con sus amigas.

—Hermosa, ¿cierto?  —dijo Michael mientras esperaba la respuesta de Rachel.

Rachel observó la foto. Era un vestido hermoso, pero, en su opinión, ella no lo lucía correctamente. El vestido blanco llevaba una espalda descubierta hasta la espalda baja y el encaje comenzaba en los costados posteriores de sus brazos y se diluían hacia la cola. El frente era, simplemente demasiado escotado. A Rachel le gustaba el vestido, pero simplemente iba a votar en contra por quien lo llevaba.

—Agh. Si sabe que va a dar sus votos frente a un cura ¿cierto? —dijo Rachel señalando el prominente escote del vestido. Michael le quitó el teléfono de sus manos y lo colocó en la mesa de al lado.

—Yo pienso que es lo más hermoso que he visto.

—¿Más incluso que mamá?

Michael volteó a verla a los ojos desde donde estaba parado frente al espejo. Rachel levantó la mirada cuando notó que él la miraba.

—Yo no me casé con tu madre y lo sabes.

Rachel le sostuvo la mirada un momento y luego, la bajó cuando él se volteó y le dio la espalda de nuevo. Michael comenzó a observar los colores de tela del muestrario para intentar enfocar su atención en otra cosa. 

—¿Qué tal el trabajo? —le preguntó Michael.

—Mm.. lo mismo que siempre en realidad. Tampoco trabajo en la casa blanca, papá.

Ambos rieron. Rachel trabajaba medio tiempo en la cafetería del pueblo.

—Bueno pues, cuéntame algo... no lo sé... ¿cuánto café serviste? ¿Eran más cappuccino que cortados? ¿Te dieron propina?

—Mm... Fueron unos 40, más cappuccino y si, me dieron mucha propina hoy. Además... conocí a alguien en el trabajo hoy —Michael se volteó hacia ella con mirada interesada—. Es... un cliente en realidad. Charlamos un buen rato y... me pidió mi número. Me dijo que él me llamaría. Dijo que.. trabaja en un banco, está soltero hace un par de años y no tiene hijos. Dato importante.

BEHIND USDonde viven las historias. Descúbrelo ahora