Carter, Michael y Rachel estaban volviendo a la residencia cargando a Nathan. Se había subido a la parte trasera del auto con Rachel. Carter había estado conduciendo más rápido de lo acostumbrado porque sus emociones estaban a flor de piel.
—¡Hey! Carter, tranquilízate —pidió Michael, algo preocupado por la velocidad.
—Nos matarás, hermano —añadió Nathan.
—Ya. Ya. Tranquilícense. Estarán bien —aseguró Carter y empezó a bajar un poco la velocidad.
Apenas llegaron a la residencia, aparcaron el auto en el garaje y Carter y Michael fueron a ayudar a Nathan a bajar. Carter lo sostuvo de la cadera, Rachel de la espalda y Michael de los brazos.
—¡Mierda! —gritó Nathan cuando uno de los movimientos que hicieron sus hermanos lo lastimó.
Entraron en la residencia y lo recostaron en el sofá.
—Necesitamos llevarlo a un hospital —sugirió Rachel, como algo obvio.
—¿Necesito explicarte esto de nuevo?
Rachel estaba confundida y Carter comenzó a explicar. Michael fue hacia la cocina y cerró la puerta detrás de él.
—Cuando uno va al hospital con heridas de torturas, golpes y un disparo en el pie la gente tiende a hacer preguntas que no queremos responder. No lo vamos a llevar a un hospital. Lo resolveremos aquí.
—¿Y cómo planeas evitar que se desangre hasta morir, Carter? —dijo Rachel señalando a Nathan.
—¿Sientes que estás a punto de morir desangrado, Nate? —preguntó Carter en dirección a Nathan.
—Hermano, siento que puedo correr una maratón —dijo Nathan sonriendo. Intentó incorporarse en el sofá, pero su dolor se lo impidió—. Mierda.
—¿Lo ves? Él está bien —dijo Carter, con una sonrisa, a Rachel.
Ella lo miró con enfado, se acuclilló frente a Nathan y puso una mano en su espalda.
—Está bien, Nate. No te muevas —dijo Rachel, riendo.
—Lo siento, Rache. Siempre he sido imparable e inquieto y ésta no será la excepción. No me quedaré aquí sentado sin hacer nada mientras ustedes me cuidan como a un enfermo —Nathan intentó, de nuevo, ponerse de pie—. Me pondré de pie, así llore del dolor.
—Nathan, te harás daño.
—Lo que me hará daño es estar aquí, inerte, sin poder moverme.
Rachel se dirigió a Carter.
—Carter, controla a tu hermano. Ya regreso.
Rachel necesitaba estar con Michael en este momento. Se dirigió a la cocina.
Cuando entró, lo encontró apoyado sobre la mesada, de espaldas a la puerta y con la cabeza gacha. A su lado, había un vaso de whisky y una botella.
—¿Estás bien? —Fue lo primero que Rachel logró decir.
«Maldita pregunta tonta», la regañó su consciencia.
Michael levantó la cabeza.
—Hace tiempo que no recuerdo lo que era estar bien, Rachel.
—Escucha, papá. Yo...
Michael se dio vuelta, de repente, y la miró. Rachel tenía miedo de que sospechara que ellos lo sabían. Eso sería lo peor que podría pasarles. Perderían a su papá para siempre.
Él comenzó a hablar como si hubiera leído su mente y percibido su preocupación.
—Mira, Rache. Yo... decidí asumir que ustedes no sabían de todo esto antes que yo. Porque la alternativa es... —Sus ojos empezaron a lagrimear— demasiado deprimente y... dolorosa. Ocultarme algo así es algo que... no quiero creer que mis hijos son capaces de hacer. Así que dejémoslo como está, ¿de acuerdo?
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BEHIND US
Mystery / ThrillerRachel Romwood y su disfuncional familia protagonizan esta turbulenta historia. Llena de decepciones, secretos, extraños reencuentros, abandonos y traiciones. Una boda mediática. Una reaparición indeseada y abandonos misteriosos e inexplicables. ...