La abracé aún más, pegando mi cuerpo al suyo, podía notar su respiración agitada, su piel erizándose, apreté mi barbilla contra su hombro, aún me latía fuerte el pecho, desde la otra vez, cuando la tomé por primera vez en mi habitación, fue algo glorioso, no pude reprimir el deseo de tomarla, en cuanto la vi defendiéndome ante Von Eldritch. Ni más ni menos, no lo dudó un segundo, y lo abofeteó, en cuanto vi que Harold levantaba su mano, tuve que intervenir, si ese idiota, hubiera llegado a rozar a mi querida alumna, lo hubiera descuartizado allí mismo y habría regado el suelo del Avernus con sus entrañas. Por suerte supe pararlo, dejándolo en ridículo.
Me la llevé al privado, donde reafirmó su intención de defenderme pasara lo que pasara, no pude más, eso me hirvió la sangre ¿Cómo es posible que los mortales desecharan como basura a aquella mujer, tan maravillosa? Era puro fuego en su interior, pero en el exterior parecía un mar en calma, ¿Su aspecto? Era bella. Quien diga lo contrario podría irse al infierno, y allí lo torturaría deseando que lo hiciera desaparecer. No entiendo a los mortales. Tienen belleza de toda clase, y se empeñan en encerrarla en unos estereotipos. Esos, son los que rondan por el infierno en los pubs de alterne. Valentino, es uno de esos asquerosos indeseables, que comercian con la carne, a cambio de poder, a costa de lágrimas y sufrimiento.
Ella era especial, totalmente, y se sentía acomplejada, por su aspecto. Querida mía ¿Cuánto sufrimiento has pasado por culpa de imbéciles que te despreciaron? No, cariño. Nunca más a mi lado conmigo, vas a sentirte así.
La estaba devorando allí en el privado, rasgando su camisa, iba a tomarla allí mismo, pero ella me pidió ir a otro sitio, y se lo concedí. La llevé donde nadie había estado: A mi habitación. Allí la desvestí, sus pechos, o madre mía, los devoré como si no hubiera un mañana, era un monumento viviente, clavé mis dientes en su carne, y pude hundir mis garras bajo su piel, lo que parecía gustarle aún más, sus gemidos no hacían más que encenderme, pero mi erección me dolía, así que la avisé, y ella bajó mi cierre, le sorprendió que no llevara ropa interior, pues no, no llevo, me molesta, y ella descubrió el motivo, la animé a que me avivara, y lo hizo gustosa, parecía que no podía ser, pero seguía creciendo en su mano, la paré, y empecé a desvestirla, llevaba encajes morados, creí morir al ver eso, paseé mis dedos sobre su ropa interior, la noté húmeda, su cuerpo, me pedía que lo tomara, que me uniera a ella, y así lo hice, me di cuenta de que era virgen, así que la calmé.
Tomé el puñal, me rajé la mano, le di de beber de mi sangre, y ella bebió, le rajé la suya, y bebió con devoción la mía, y me adentré en ella, cerrando el vínculo, cuando noté que la rompía por dentro, la sangre derramada dentro de ella también fortaleció el vínculo entre nosotros, podía sentir todo: su aliento cálido, su cuerpo estremeciéndose, poco a poco, metí todo lo mío dentro de ella, la avisé, porque iba a hacer fuerza, se preparó, y me recibió, con ardiente deseo, cerré las cortinas del dosel, para dar más ambiente, ella gritó, al tener todo mi ser en ella, empecé a moverme, ella me siguió al compás, mordiendo, arañándome la piel, me acariciaba las marcas, admirándolas, como si de una obra se tratase, arqueó la espalda, la sujeté para manejarla más a gusto, me besaba, me lamía sin reparos, viendo que estaba cerca de mi orgasmo, aceleré el ritmo, y me vine, terminé dentro de ella, que me siguió con gemidos, la notaba como si estuviera en mi cabeza, y de hecho lo estaba, porque era literalmente como si fuéramos uno, era una sensación tremenda, todo, absolutamente todo, se sentía aumentado, y podía sentir cada palmo de piel, cada pensamiento, cada gesto, en carne viva. Se quiso ir, pero la retuve, para que durmiera conmigo. Era tarde, y las calles no eran seguras para una dama. Se quedó dormida, mientras la acariciaba el pelo, y le decía cosas como "preciosa mía". Estudié sus gustos, para darle una sorpresa, pues su actitud leal merecía una recompensa, me metí en su mente, aprovechando el vínculo, y miré con cuidado. Oh. Así que te gustaban, en fin, procuré dormir, y a la mañana siguiente, la compré esa moto, que tanto gustaba, y me fui, también tenía otros proyectos en mente, por supuesto, pero no era ni el momento ni el lugar para hablar de ellos.
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El Maestro.
FanfictionEve, una chica víctima de malos tratos por parte de su familia, huye, y en busca de ayuda, acude a Alastor, una entidad oscura conocida como "El demonio radio", quien acepta ser su maestro. ¿Cómo acabará esto? ¿Aceptará Alastor a Eve como discípulo?