El Maestro.

15. Profana Centinela

Lo besé, y eso no se lo esperaba, por la cara de asombro y de perplejidad, que puso mientras lo besaba, pero me siguió el juego, pareció no disgustarle, y me tomó por la cara, cerrando el beso unos segundos, mientras se me aceleraba el pulso.

-¡¡Ay, ¡qué bonito!!- Charlie se puso a hacer arcoíris con las manos, me aparté, rascándome la cabeza, muerta de vergüenza.

-Ay...por qué me toca a mí esto- Se puso más feliz que yo. Charlie, la discreción no lo es tuyo, ¿Eh? Dije riéndome.

-Vamos, cielo, el entusiasmo de Charlie es contagioso, y bueno hasta cierto punto- Alastor disfrutaba el show.

Charlie vino a abrazarme, toda feliz.

- ¡Qué bien, hacéis buena pareja! - s

-No sé si eso es bueno o malo...-Dije abrumada.

- ¡Eso es bueno, tonta! ¿Sabes lo difícil que es estar al nivel tuyo ahora?

La miré rara.

- ¿Qué? - Moví la mano, donde Charlie me había curado.

- ¡Evy, todas hablan de ti allí abajo, eres la envidia del infierno ahora mismo! ¡Nadie sabe cómo es la novia de Alastor! ¡Se corrió la voz de que mi padre subió para verte!

- Ay mamá, Tierra trágame...mira, esto...no, me voy a la barra a pedir un polvo de ángel.

- ¿Querida? ¿Estás bien? - El muy cabrón se reía.

-Oh, eso no lo sé ni yo, pero he de ponerme las pilas, porque me toca cazar luego-

Me apoyé en la barra, ocultándome entre mis manos.

-Mimzy...un polvo de ángel...por favor...

- ¿Te lo pasas bien, ¿eh? - Dijo sirviéndome la bebida, sacó la hoja, y la puso sobre la barra.

-Acabo de cargarme tu mesa...lo siento, te la pago ahora mismo...- Estaba tan abrumada que se dio cuenta.

- ¿Qué? Chica, ten cuidado, esos muebles son artesanos.

-¿Esto cubre los gastos? Saqué lo que tenía en la cartera, Alastor me dio una buena paga por cazar y estudiar correctamente, y por el comportamiento ante el rey.

-Ajá...sí, y compraré una nueva, pero ten cuidado, ¿vale?

-Sí, lo haré...Debo causarte problemas.

- ¿DE qué hablas? Desde que llegaste todos suben al Avernus a ver si pasa algo, ¡Esto está lleno todos los días!

-Oh, me alegro de que te vaya bien...

- ¿Qué te sucede, encanto? - Se dio cuenta de que me pasaba algo raro.

- Demasiadas cosas para mí, en tan poco tiempo- Dije enrollando la hoja, y buscando un mechero, en mi chaqueta- Mimzy me dio uno.

-Ten cariño, y salud.

Justo, cuando le metí fuego al cóctel, y me disponía a meter fuego a la hoja, se puso Angel Dust al lado mío. Lo que me faltaba.

- ¡Oh! ¿Eso es polvo de Ángel? ¿Por qué no me invitas, querida? - Se apoyó sobre la barra, divertido.

-Porque te mataría, y no quiero cargar con tu cuerpo, querida- Dije en su mismo tono.

- Oh, cariño, eso no me mataría, te sorprendería la de cosas que me meto en el cuerpo, y sigo viva- Dijo con movimientos exagerados, apoyándose en la barra al lado mío.

Me tuve que reír muchísimo, ante su comentario y sus movimientos afeminados. Era todo un show.

-Al final te veo reír, mi rellenita- Me sonrió-