La dejé durmiendo, en mi cama, era más grande, y ahí estaría más cómoda, la tapé, con la sábana cuidadosamente.
-pero esta es su cama, maestro...-Tímida como siempre.
-Cielo, ¿Ahora con remilgos? Anda, túmbate, necesitas dormir querida.
Se dispuso a dormir en bata, pero insistí en sacársela, pues aún tenía algunas heridas curándose y era delicado.
-Pero Mr. Alastor...-Se ruborizó, mirándome por encima del hombro.
-Cariño, tranquila, nunca te haría nada, además, necesitas dormir así, te curarás antes, querida- Dije con sorna, divertido.
Era obvio, que lo vivido, el castigo había mermado su confianza en mí, estaba cohibida, tímida, y se veía débil, por eso tenía reparos en mostrarse ante mí. Era la chica más dulce, que había visto, en comparación con las repugnantes del infierno. La tapé, con cuidado.
-Descansa, voy a por tu camisa, cielo, hasta pronto. Sombra, cuida de Eve, Vic, vigila la casa.
Sombra trepó de un salto a la cama, y cerré la puerta, acomodé mi pajarita, y aparecí en la tienda de Rosie.
- ¡Oh, Alastor! ¿Qué te trae por aquí?
-Hola querida, vengo, a por la camisa de Eve.
- ¿Qué le sucede, está indispuesta? Me dijeron que tuviste un problema en el limbo- Dijo preocupada.
-Oh, las noticias vuelan, no te preocupes, cariño. Sólo fue un arrebato de nuestra querida Eve, tuve que corregirla. Soy su mentor, no lo olvides.
- ¿¿Qué le has hecho??- Se levantó asustada, creí que iba a darle un ataque.
-Absolutamente nada, cielo, calma, Rosie- Respondí acomodándome las gafas-Dije que no la lastimaría y lo cumpliré a rajatabla, soy un caballero.
-Alastor, dime qué ha pasado exactamente con Eve.
Hice aparecer una silla, y me senté junto a ella.
-Pues verás, un ángel quiso hablarle, y ella le respondió tajantemente, la verdad no dudó en despacharlo.
Rosie se quedó en blanco, sorprendida.
- ¿Enserio? Esa chica no teme a nada, por lo que veo, ¿Y después?
Tuve que corregirla, me la llevé de ahí, le dije que no hablara, varias veces, y no me hizo caso. Por eso me la llevé de ahí.
- ¿Y cuál es la razón por la que no está hoy aquí? -Demonios, sí que es intuitiva.
-Pues, iba a aplicarle el correctivo, pero ella misma lo hizo.
Rosie se echó atrás, sus ojos se abrieron, y me miró con una expresión de asombro.
- ¿Cuál correctivo, Alastor? ¿Es el que creo que es?
-Ajá. No pensaba en lastimarla, sólo unos azotes en el trasero, lo juro, y ella me quitó de la mano el látigo y se lo aplicó ella misma.
Rosie se apoyó en la mesa, se llevó la mano a la cara, descompuesta, sin poder creerlo, estaba conmocionada.
- ¿Y qué se ha hecho? Alastor, dime que está bien, por favor-La preocupación se le marcaba en el rostro.
-Tranquila, se hizo un destrozo por la espalda, no paraba de azotarse, me impresionó su fortaleza, pero está bien, sólo que le quedarán marcas en la espalda.
-Por el fuego del infierno... ¿¿Qué se ha hecho?? ¿¿Y no le dolía??
-Eso es lo que me turba, Rosie, si no llego a pararla, hubiera seguido, tiene una fuerza vital desmesurada, y lo mejor es que tiene las heridas casi curadas, no imaginas, lo rápido que se regenera, cuando la paré la tuve que curar y coser, la he dejado durmiendo.
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El Maestro.
FanfictionEve, una chica víctima de malos tratos por parte de su familia, huye, y en busca de ayuda, acude a Alastor, una entidad oscura conocida como "El demonio radio", quien acepta ser su maestro. ¿Cómo acabará esto? ¿Aceptará Alastor a Eve como discípulo?