Capítulo 16 - Las habitaciones

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Entraron en la misteriosa nave. Abrieron una gran puerta hermética, en la entrada no había absolutamente nada, siguieron vagando y entrando poco a poco a la nave. Parecía que no había vida en la nave, pero Irina y Lucía iban a alerta.

En el pasillo principal había otros pasillos que llevaban a varias habitaciones, era una nave enorme. Primero giraron hacia el primer pasillo que llevaba a algo parecido a una sala de control, repleta de grandes pantallas. Pero no eran como las pantallas de este siglo, parecían pantallas del futuro. Eran más modernas y desarrolladas que las actuales.

Era una nave como de las películas de ciencia ficción. Irina y Lucía seguían dando vueltas por la misteriosa sala. Lucía se dirigió hacia un larga extensión llena de botones raros.

Clickeo en un boton que tenia un signo de encender (On) y de repente se abrió todo un mecanismo.

- ¿Por que le das a un botón que no sabes para qué es? - la regaño Irina

- Estaba el signo de encender, era obvio que algo se iba a encender - se justificó Lucía

La chicas se callaron, escucharon pasos. Irina se asomó al pasillo para ver qué pasaba, pero no había nadie.

Irina se hizo una señal a Lucía para que la siguiera. Salieron de la extraña habitación y pasaron la habitación de enfrente que llevaba a una peculiar habitación. Era una amplia rectangular habitación con paredes azul marino. En el centro de la sala había un pequeño acolchado, parecía una sala de operaciones medicas. En esa misma habitación se emanaba un extraño olor. No en mucho tiempo más se activó la alarma defensa de olores tóxicos raros no identificados.

- No te quites el casco de seguridad, ha saltado la alarma de olores tóxicos - informó Lucía mirando una pantalla digital flotante que saida flotando de una especie de mini pantalla en su guante del traje.

- Vale - dijo Irina inspeccionando detenidamente el pequeño acolchado. - Mejor irnos de esta sala, parece peligrosa -

Irina y Lucía pasaron a ver la siguiente habitación, esta era parecida a una despensa. Pero los alimentos no estaban en cajas estaban flotando por todos lados atadas a unas largas cuerdas. Pero esos alimentos no eran alimentos exactamente. Tienen formas raras y colores raros. Parecien alimentos de otro mundo completamente diferente.

Al fin pasaron a la siguiente habitación, esta era pequeña y cuadrada. Parecía una habitación personal. Tenía algo parecido a una cama, moderna con unos acolchados lujosos. Había un armario, pero sin ropa, había objetos raros. 

Pasaron a la siguiente habitación, está era igual que la enterios con una pequeña diferencia, estaba más desordenada.

Pasaron a las siguiente y era igual que las anteriores.

Habían 6 habitaciones completamente iguales.

Al fin llegaron al final del pasillo, giraron a la izquierda y llegaron a una habitación triangular, parecía una cocina. Al final de la habitación había otra puerta, abrieron la puerta y vieron otro largo pasillo.

- Esta nave es infinita - se quejo Lucía

- Ya - dijo Irina entrando al segundo pasillo

Este era un poco más pequeño que el anterior. Se encaminaron hacia el pasillo.

Este era un poco más pequeño que el anterior. Se encaminaron hacia el pasillo.

Justo en ese momento la nave tembló. La nave se quedó girada, en una posición de 90% grados de diferencia. De esa manera les sería imposible seguir avanzando.

- Mejor dar media vuelta, esto empieza a ser peligroso, además de ser una nave desconocida - propuso Irina aguantando a un trozo de pared que sobresalía.

- Sí - dijo Lucía trepando de un lado para otro.

Las chicas ágiles como unos monos empezaron a saltar por todos lados cogiendo el camino más rápido para volver.

Al fin vieron la entrada de la nave por la que habían entrado desde el principio. Al ver esa entrada les dio ánimos para seguir avanzando por la torzida nave.

Llegaron a la entrada. Lucía se acercó a la enorme puerta para abrirla, pero en cuanto tocaba la puerta la nave temblaba.

- ¿Qué está pasando? - dijo Lucía aterrorizada

- Dejame intentarlo - se ofreció Irina llevando su mano hacia la puerta, pero no estaba ni a un centímetro de la cerradura y la nave volvió a temblar. Irina con decisión cogió la empuñadura que sostenía la puerta y tiró fuertemente.

La puerta no se habría, lo único que hacía era que la nave no paraba de temblar siempre y cuando la mano de Irina o Lucía estuviera en contacto con la puerta.

- ¡La puerta no se abre! - grito Irina alarmada

- ¡¿Como que no se abre?! - chillo Lucía histérica, y se desmayó.


CONTINUARÁ EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

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Ces - 51 Nueva EspecieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora