~La viva imagen de la maldad~/ Pip x Damien

Buscando palos y guayaba

P.O.V Narradora.

Un grupo de chicos se encontraban en uno de los trenes subterráneos. Estaba bastante vacío ese día, comparado con los demás que ibas siempre apretujado.

Todos estaban sentados cómodamente en los asientos de una de las cabinas del tren, excepto dos rubios que prefirieron bailar y girar en las barras mientras cantaban.

–Un, dos, tres. Un pasito pa' alante María.–  cantaba entre palmas una chica rubia, observando como los dos chicos bailaban a su ritmo.

–No, no, no. E-espera, tengo, ¡gah!, una mejor.– dijo Tweek entre risas. –I need a hero!–

–Wowowo, me apunto.– habló su otro amigo rubio. –I'm holding out for a hero 'til the end of the night.–

–He's gotta be strong.–

–And he's gotta be fast.–

Bebe se levantó y se agarró a una de las barras sobrantes.

–And he's gotta be fresh from the fight.–

Los tres rubios comenzaron a girar en las barras mientras el grupo de chicos sentados les miraban divertidos.

–Dios, chicos estáis pirados.– habló una chica mirada bajando la mirada avergonzada.

–Oh, vamos Nichole, ven con nosotros.– habló un chico de parka naranja agarrando la mano de la chica.

–¡Ja, ja, ja!– rió ella irónica. –¡Nunca!–

–Dale, Craig, ven a bailar con tu honey, Bebe y yo.– ahora fue a por la mano de Craig, quien apartó la suya rápidamente.

–Como que paso, prefiero disfrutar del espectáculo de mi niño.– miró al cafeinómano, quien solo daba vueltas por la barra.

Los tres rubios siguieron cantando y girando, cantando una mala copia de "Take on me".

–Eu, todos.– el grupo miró hacia la chica morena, quien revisaba su teléfono. Los únicos que no se quedaron quietos fueron aquellos tres rubios, quienes dejaron de cantar, pero aún seguían girando. –¿Alguien va a necesitar comprar algo en el centro comercial?–

–Yo voy a ir a c-comprar un par de videojuegos, ahora que, ¡gnh!, tengo la Switch voy a comprarme el Minecraft y el Animal Crossing N-New Horizonts.– habló Tweek, moviéndose de lado a lado en la barra de metal.

–Pareces puro Token, cómprame algo.– dijo Kenny, dándole un suave goloe amistoso en el hombro.

–Ni modo, llevo din-nero exacto para pagar la comida, los v-videojuegos, los recres y le prometí a Thomas que le compraría un vinilo de, ¡gah!, algún grupo.–

–Grandes amistades que se traen el Thomas y el Tweek.–

–¿No que te caía mal?– preguntó un chico de cicatriz entre risas.

–Al principio sí, pero resulta que es muy g-guay. Y le gustan los vinilos c-como a mi.–

–Que estáis viejos.– el tren paró de repente, haciendo que Bebe pudiera salvarse de la caída, pero Tweek y Kenny no, que terminaron en el suelo.

Ambos chicos se levantaron con la ayuda de sus amigos y salieron antes de que el tren cerrara de nuevo sus puertas.

–Bien, eh, ahora va-.– decía Nichole revisando su celular.

–Jotear.– interrumpió el cafeinómano saltando a su cuello y abrazándola.

Caminaron unos minutos hasta llegar a un descampado abandonado que contaba con tierra seca, hierbajos y aquel parque de skate que al chico tanto le gustaba.