• O F T E N • {SoJin/2So}

- 4 -

- HABITS -

No sabía que hacer o que decir, tan solo se quedó ahí, estática, viendo como la figura de la pelinegra desaparecía al final del pasillo. ¿Debería ir detrás de ella? No, no debería, ¿o sí? Realmente no sabía como actuar. Estaba apunto de sincerarse con Soyeon hasta que cierta azabache apareció de repente, rompiendo aquel extraño vínculo que se había formado entre ambas.

Desde hacía mucho tiempo la pelirroja no volvió a tener ningún tipo de contacto con Soyeon, y la última vez que habló con ella tendría unos doce años; cuando sus caminos se separaron. La dulce niña creció y cambió, convirtiéndose en la adolescente popular que tanto reclamaba ser. Las dos chicas eran muy diferentes entre sí, no tenían nada en común, pero irónicamente por eso mismo se complementaban. Tan solo que ellas aún no lo sabían, justo estaba empezando a despertar esa magia.

— Jin te estoy hablando. — Interrumpió de nuevo la chica del pelo azabache. — ¿Estás bien?

Lo cierto era que en aquel preciso momento Soojin estaba perdida en el fondo de sus pensamientos, recordando a cierta niña de ojos rasgados y pelo corto.

— Si, solo... — Dijo débilmente, con una mirada cansada en sus ojos. — Ya sabes lo que pasa Shu, todo esto es por mi culpa.

— Ven. — Ordenó la chica. — No te preocupes.

La azabache rodeó protectoramente su cintura con el brazo, mientras que con su mano libre acariciaba la suave mejilla de Soojin.

Yeh Shuhua era conocida por ser una persona divertida y extrovertida, siendo siempre el centro de atención. Pero todo el mundo sabía del encaprichamiento que tenía por la pelirroja, llegando a ser casi abusivo. Siempre estaban juntas. Siempre hacían las cosas juntas. Siempre se contaban todo la una a la otra. Eran como un matrimonio, pero sin llegar a serlo, ya que la única relación que existía entre ambas era la de una amistad, una muy estrecha. A esta nunca le llegó a importar el comportamiento tan cercano que su amiga de la primaria le mostraba, ya que para ella era totalmente normal. La conocía perfectamente, pero mentiría si dijera que no se llegó a replantear el que Shuhua sentía algo más. El caso es que nunca sacó el tema a la luz, lo veía totalmente innecesario, y más siendo la reciente nueva novia de Lucas.

No fue de extrañar que ellos dos empezaran a salir. De hecho era algo que se veía venir desde que Lucas hincó sus ojos en la bella pelirroja, como si de un reto se tratase. Soojin había tenido docenas de pretendientes, pero siempre acababa rechazándoles. Hasta que llegó él, con su sonrisa encantadora y esa labia que tanto le caracterizaba. No era la primera chica que conseguía ligarse y mucho menos sería la última, tan solo otro nombre más que añadir a la lista. Soojin no era estúpida y conocía de sobra las intenciones del moreno, pero de nuevo; poco le importaba. A ella le parecía lo suficientemente atractivo como para darle una oportunidad, aún que sea solo para divertirse un rato.

Pero la pelirroja un día cometió el error de insinuarse a cierto misterioso chico, llegando a quedar con él, y hasta compartir algún que otro inocente beso en su coche, en los aparcamientos de un restaurante a las fueras de la ciudad. Soojin no debió subestimar nunca al moreno, y menos aún con Yuta Nakamoto.

— ¿Mejor? — La preocupación de la azabache era notable en su voz.

Soojin tan solo se limitó a asentir con la cabeza, mientras se separaba del delgado cuerpo de su amiga.

— Vernon ha conseguido separarlos junto con el profesor de inglés y otros chicos más. — Empezó a detallar Shuhua. — Ahora mismo está en el despacho del director. Lo más seguro es que lo expulsen, y además definitivamente.