- MY BLOOD -Una sensación cálida inundó su pecho, haciéndola sentir segura. El agradable aroma a jazmín embriagaba por completo sus fosas nasales, calmando el golpeteo de su corazón contra su pecho. Su cuerpo se hallaba totalmente relajado, envuelto entre las aterciopeladas sábanas de su cama, las cuales les proporcionaban calor. Su respiración era serena y pausada, casi imperceptible. Dormía plácidamente entre los algodones de las almohadas, hundiendo su pálido rostro por completo, dejándose mecer por la suave caricia de la tela en su piel. Hasta que cierta extraña sensación en la parte superior de su nuca provocó el que acabara abriendo los ojos. Lentamente sus pesados párpados le brindaron a los rayos de luz el placer de reflejar su brillo en los bellos orbes castaños de la chica, despertándola.
Soojin estiró los brazos por encima de su cabeza, mientras dejaba escapar un débil gemido entre sus labios. Tenía que reconocer que no había descansando de aquella manera tan placentera desde hacía bastante tiempo. Sentía los dedos de los pies entumecidos y la garganta seca. Pero lo que realmente la hizo removerse de la cama fue aquella sensación de hormigueo en su nuca; la cual se trataba de la profunda respiración de algún individuo que se había colado entre las sabanas durante la noche. La pelirroja se dió la media vuelta, cambiando de posición y encarando a la persona causante de tal cosquilleo en su columna vertebral. Abrió levemente la boca, sorprendida al encontrarse con el blanquecino y angelical rostro de su mejor amiga, completamente ajena a lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Sus facciones visiblemente relajadas con las mejillas y los labios coloreados de un matiz rosa, proporcionándole un aire infantil a la bella durmiente. Soojin no pudo evitar el acariciar el negro cabello que se esparcía a lo largo de la almohada, ocultándole parte de la cara. La pelirroja acercó sus gruesos belfos hacia la frente de Shuhua, donde plantó un dulce beso sobre este.
En realidad, Soojin no entendía el porque su mejor amiga se encontraba inexplicablemente en su cama, durmiendo a su lado. Pero tampoco le llegó a importar, ya que el solo hecho de verla cerca de ella agazapada entre sus brazos era más que suficiente. Pegó su cuerpo al escueto de Shuhua, compartiendo su calor con el de ella mientras dejaba reposar la barbilla sobre su cabeza. Recordando aquellos años donde las dos tan solo eran unas niñas, donde reían y jugaban todo el tiempo. Lo cierto es que la pelirroja añoraba esos días, incluso más de lo que le gustaría reconocer, provocándole aquel sentimiento de melancolía.
Soojin se mantuvo despierta en la misma posición durante unas efímeras horas, hasta que la pequeña azabache empezó a removerse bajo su cuerpo, abriendo los ojos. Soltó algún que otro quejido mientras se estirazaba perezosamente a lo largo del colchón, desprendiéndose así del abrazo que compartía con la pelirroja hace unos instantes. Con la manga de la camisa se secó el resto de baba de sus labios, una imagen de la cual Soojin tuvo que reír por lo tierna que le pareció. Ante aquella melódica voz Shuhua giró bruscamente la cabeza, clavando su mirada sobre ella.
— Ey, hola... — Dijo a modo de saludo la pelirroja.
Shuhua pestañeó varias veces, cerciorándose de que realmente la chica ante sus ojos se encontraba sonriéndole de esa forma tan dulce y no gritando sin sentido alguno mientras se retorcía bajo sus brazos. Estaba perpleja, aún procesando aquella situación. Pero sus impulsos fueron mucho más fuertes que la razón y la azabache se lanzó sobre ella, envolviendo los brazos alrededor de su cuello. Soojin enarcó las cejas totalmente confusa, pero aún así aceptó el abrazo abrupto de la chica y entrelazó su estrecha cintura. Shuhua se mantuvo firme en el agarre sin mover un solo músculo, por lo que la pelirroja, curiosa, decidió disipar aquella intriga.
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• O F T E N • {SoJin/2So}
Fanfiction"Algunas veces no somos conscientes de nuestros actos. Algunas veces las personas se van y nunca vuelven. Pero algunas veces las cosas cambian e incluso puede llegar a haber una segunda oportunidad." Jeon Soyeon tan solo fue la persona equivocada...