Tan pronto como la puerta del auto se cerró, Trixie supo que la noche había terminado. No había tomado tanto como se imaginó, probablemente porque no quería que Katya se sintiera mal al ser la única con un vaso de agua. De hecho, mientras discutía con su amiga sobre qué canción escucharían durante el trayecto, ni siquiera estaba mareada. Incluso demasiado lúcida como para haber tenido una noche tan buena.
— ¿Escuchas algo que no sea country? Cualquier cosa que no sea country —Le preguntó la chica en el asiento del chofer, demasiado relajada como para estar conduciendo a esa velocidad en la noche.
— Si vivimos juntas vas a tener que soportar mi música.
¿Lo estaba considerando? ¿Realmente lo estaba haciendo? Probablemente no estaba tan sobria como lo había imaginado en un principio. Sí, quizás estaba desesperada por salir de ese lugar, pero no sabía a qué punto el mudarse con la rusa sería una buena idea. Bueno, lo era en un mundo en el que se sentía aterrorizada cada vez que se abría la puerta, a veces temiendo por su propia vida mientras se encerraba con seguro en su habitación o el baño. No sabía qué iba a pasar desde ese día en adelante, pero algo le decía que debía intentarlo. Era lógico querer intentarlo.
Para comenzar a escribir el trabajo de biología, había ido a la casa de la familia de Katya un par de veces. Al principio sintió que se encontraría con personas tan excéntricas como su amiga, pero todos resultaron más normales y acogedores de lo que jamás se hubiera imaginado. Su madre era cálida y fácil para relacionarse, su padre les ofrecía galletas mientras trabajaban, su hermano mayor le hacía reír y con su hermana menor compartían el amor hacia el maquillaje. Fue como un click inmediato, y a medida de que aquellas reuniones para estudiar fueron aumentando, aquella conexión también lo hizo.
No era así con Chad. Ni siquiera recordaba el nombre de su madre, o si alguna vez entabló alguna conversación con su hermana... no que estuviera comparando ambas situaciones, eso sería ridículo. Katya era una amiga, y él era su ex.
Completamente diferente.
De hecho, recordaba muy vívidamente aquella vez que estaban discutiendo –nuevamente– por la coloración que tendrían las flores cuando haya finalizado el experimento. Mientras iban hablando Trixie comenzó a acercarse al rostro de Katya, quien imitó su acción sin dejar de contradecirle. No se demoró mucho en bajar rápidamente su mirada desde sus ojos a sus labios, y su acción nuevamente fue imitada. De esta forma sus labios se encontraron en un beso, que terminó por alejar lo que estaban usando para hacer el informe.
Tal como siempre, comenzaron con besos suaves y delicados, pequeños y cortos que sonaban como un chasquido cuando se separaban. Con pequeñas sonrisas en el rostro, como si fueran niñas que estuvieran enamoradas por primera vez. Poco a poco sus labios se desearon más, así alargando un poco a poco el contacto y pegándose un poco mas a la otra. Trixie le abrazaba desde la cintura, y Katya había deslizado sus manos por su nuca, así tirando suavemente el cabello rubio. Y todo hubiera estado perfecto, pero la puerta de la habitación se abrió y ambas se separaron de un salto.
— ...venía a decirles que la cena estaba lista, pero que mamá dice que si se quieren quedar aquí está bien. —Dijo la hermana de Katya con tono de tedio, luego encontrándose con la escena anteriormente descrita y cerrando de golpe la puerta, sin esperar respuesta.
Una vez sentadas en la mesa durante la cena, en vez de encontrar el silencio sepulcral que estaban esperando, la familia de la rusa actúo exactamente igual a lo normal. Sabía que su hermana le había dicho a sus padres, pues Katya ya le había dicho varias veces que la pequeña no era capaz de aguantarse un secreto, por lo que intercambiaban miradas nerviosas mientras intentaban de ignorar lo que había sucedido. Una vez todo se terminó y comenzaron a levantar la mesa, vio que su compañera se acercó a su madre.
— Supongo que ya te contaron que-
— ¿Que estabas saliendo con Trixie? Ya lo habíamos imaginado —le respondió con una pequeña sonrisa, para volver a la cocina.
Quizás estaba exagerando y llevando las cosas a otro extremo como siempre lo hacía, pero aquella sonrisa había significado algo más para Trixie. Por un momento se sintió bienvenida, cálida, en paz, segura. Si bien no conocía aquello que todos le decían hogar, no se encontraba tan alejada de ese concepto abstracto e idílico. No iba a dejar de ponerse nerviosa al saludar a sus padres, o pensar mucho antes de responderle a sus hermanos, pero ciertamente era mejor que sus propios padres. Tal vez estaba comenzando a enloquecer, pero la idea de Katya dejaba de sonar como las normales locuras que salían de su boca y comenzaba a tomar otro color.
— Estaba pensando ¿Te imaginas que debe ser enamorarte de tu profesora? ¿Cómo se supone que te califica, según el sex– —preguntó Katya de la nada, lo que produjo que Trixie volviera a la realidad y suelte una carcajada.
Supuso que volvió a sus normales locuras.
— ¡No puede calificarte por eso!
— ¡Claro que sí!
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método científico ; trixya a.u.
Fanfictionobjetivo del experimento: demostrar, a través del método científico, que trixie mattel no es heterosexual.