Cuando se levantó de su asiento y caminó hacia el profesor con una expresión neutra, mintió al respecto de donde iría y cerró la puerta del aula tras de ella, no podía creer que realmente iba a hacerlo. Se sorprendía a sí misma en su modo automático, sin siquiera dudar sobre lo que era correcto o no, simplemente sus pies se dirigían al auditorio y su nerviosismo crecía. En cierto sentido ella había buscado: propuso la idea y Katya le había indicado un lugar en donde podrían hacerlo tranquilas. Y mucho mejor así; ni se imaginaba qué consecuencias traería para su alrededor, que ya estaban incómodos y hablando a las espaldas de la chica por saber de su sexualidad.
Tendría que coquetearle. O eso es lo que dijo que iban a hacer. Coquetear no tiene mucha importancia de todas formas, conocía a personas que eran capaces de hablarle bonito a las plantas con tal de conseguir meter a alguien en la cama. Simplemente era un juego, probarse a sí misma: si era capaz de hacerlo con una amiga, probablemente sería mucho más fácil con un chico (aunque nunca se le había hecho complicado, ni siquiera se ponía nerviosa).
Abrió la puerta del auditorio vacío con cautela, pues no quería llevarse la sorpresa de que alguien más esté ahí... pero en primera instancia, parecía vacío. Suspiró, contemplando la posibilidad de que la rusa sólo esté jugando con el hecho de que es heterocuriosa. Dejó la puerta cerrada, y si podido poner algún seguro lo hubiera hecho. Para su suerte, Katya estaba viendo atentamente el chat de ambas en una de las muchas hileras de asientos. Quizás ella también tenía miedo a ser plantada.
— Pensé que no llegarías —admitió hacia la recién llegada, con una sonrisa decorando sus labios rojos— Espero que me seduzcas pronto porque no quiero seguir perdiendo clases por nada.
Parecía que siempre Trixie actuaría de la misma manera durante sus encuentros, en un principio demasiado nerviosa y después apagando cada voz lógica de su cabeza, así dando como resultado algo de lo que se arrepentiría.. Y por supuesto que sabía que luego recordaría lo ocurrido y probablemente sentiría culpa, vergüenza y mucho más, pero algo le empujaba a seguir ahí. Y probablemente seguiría así una y otra vez.
Pasó por los asientos, subió las cinco o seis escaleras y miró las hileras del auditorio desde el escenario.
— Ven aquí. Es mejor. —Le invitó Katya, quien se sentó al borde y palmeó el lugar a su lado, y así hizo Trixie.
— ... ¿Y? ¿Nada? —preguntó.— yo me esperaba una serenata. Que traerías tu guitarra y me envolverías de versos de amor.
Se rió como si estuviera despreocupada, como si no estuviera buscando de alguna forma quitarse esos nervios. Ni siquiera sabía cómo hacerlo, cómo comenzar ¡Era mucho más fácil con su ex, o con cualquier otro chico! Toda frase cliché que se venía a su cabeza se volvía una situación más bien incómoda y graciosa. Definitivamente no quería ser graciosa. Y de hecho, no sabía qué quería conseguir tras esto. El silencio que llenaba el lugar no ayudaba, al contrario de la última vez, le ahogaba.
— Tengo que admitir que no he dejado de pensar en ti desde que llegaste. —admitió, inmediatamente sintiendo que se calentaban sus mejillas en señal de que se había sonrojado. No podía sentirse más tonta ahora.
¿Y si sólo se dejaba llevar? Sus experiencias anteriores ciertamente no servían de mucho, esto no se parecía a todos sus cuentos con chicos que había tenido hasta ese momento. Pero pensándolo mejor, quizás si lo hacía mal simplemente estallarían en risas, aprovechando esa extraña conexión que estaban desarrollando y ambas no entendían. Estaban cerca, no lo suficientemente cerca para que la gente comience a dudar por si eran amigas o algo más, pero sí lo necesario para verse claramente a los ojos. La iluminación era bastante tenue, pero no necesitaban más.
— Lo dices por lo que te había mandado antes, sobre ganarte algo ¿o no?
— No es por querer ganarme un premio, hablo en serio—En su expresión, descubrió que la otra tenía dificultad en creer sus palabras, por lo que miró a sus ojos con cariño— Nunca había conocido a alguien con la que pudiera reír tanto, literalmente estás loca. Tus fotos son ridículas. Además, eres realmente bonita.
Katya sonrió con los halagos, pero más que reírse con sus palabras, le ponía nerviosa que alguien fuera de su círculo cercano estuviera elogiándola. Giró los ojos con la última frase, y para quitarle la seriedad al asunto hizo una pose estúpida para lucir su atuendo. No se esperaba la mano de Trix sobre la suya, quien le hizo girar sobre su propio eje como juego, pero una vez que estuvieron nuevamente frente a frente atrevieron a entrelazar tímidamente sus dedos. La situación era demasiado linda, demasiado cursi como para que la rusa fuera capaz de compararla con sus anteriores parejas: la mayoría habían sido un desastre y habían terminado en cataclismo. Sobre todo la última.
Tanto así, que comenzó a considerarse a sí misma como el agente tóxico en cada una de ellas.
No quería envenenar a la Barbie que tenía en frente. Por eso su trabajo era exclusivamente de conejillo de indias, porque Trixie se merecía al príncipe azul con el que probablemente había soñado toda su vida, y ella no merecía nada más.
Pero era bonito imaginar un mundo en el que sí.
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método científico ; trixya a.u.
Fanficobjetivo del experimento: demostrar, a través del método científico, que trixie mattel no es heterosexual.