método científico ; trixya a.u.

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Al otro lado del aula, Adore intentaba distraerse de la presencia de quien-no-debe-ser-nombrada hablando con su mejor amigo, pero era inevitable hacer movimientos nerviosos con sus manos o morderse el labio con ansiedad cada vez que escuchaba esa voz. No le importaba haber probado algo con otra chica, incluso estaba orgullosa de sí misma... ¡pero era algo de sólo una vez! Además, aquel día en la fiesta estaba tan borracha que podría jurar que hizo y dijo muchas cosas ridículas, ni siquiera se imaginaba qué clase idea se había hecho la universitaria de ella. Porque, por supuesto, sí que le interesaba lo que la mayor pensara. 

— La última vez me reprendieron porque no pasé la lista, y tengo que documentar por si a alguno de ustedes se les ocurre desaparecer de mi clase. —soltó la mujer, una vez que se vio que terminó de teclear en su celular. 

Quiso hundirse en su asiento, pero no lo hizo. Intentó mantener la compostura mientras notaba que comenzaban a acercarse a su apellido. A lo lejos intentó buscar la mirada de su amiga, pero sus ojos estaban nublados de cualquier cosa que no fuera su compañera de experimento: parecía querer capturar cada detalle de Trixie, e incluso cuando reían eufóricamente, era innegable que parecían vivir en un universo completamente paralelo al post-apocalíptico en el que estaba encerrada Adore. 

— ¿Adore Delano? —preguntó. 

Cerró los ojos y contuvo la respiración como si aquello le hiciera desaparecer. 

— ¿Delano? 

Y de pronto, su mente había hecho click. No le había visto en el primer día, pero al leer la lista de los que serían sus alumnos, tuvo que haber reconocido su nombre ¿Y qué paso, entonces? Aquella noche en la que ambas habían tenido su pequeño encuentro casualmente no había dicho cómo se llamaba, y al día siguiente su amiga le había mostrado el instagram de Bianca. Claro. Por eso no le había identificado. 

— ¿Es nuestra primera fugada? Deberíamos celebrar. Para que en un futuro el salón esté vacío. —se burló. 

Le daba la espalda aún, lo había hecho durante todo el transcurso de aquella clase. Se sintió como Hannah Montana revelando su identidad cuando le dio la cara y se levantó de la silla, encontrando miradas después de tanto tiempo sin verse. 

—Aquí estoy. Adore Delano. Presente —se sorprendió a sí misma con una voz que no tembló en absoluto. 

Naturalmente, el rostro constantemente juguetón o hastiado de Bianca Delrio se desfiguró completamente al reconocerla, teniendo suerte que la mayoría de sus nuevos alumnos ni siquiera se molestaban en hacer el material de trabajo que tanto se había demorado en hacer. Recordó la noche vívidamente, incluso lo que Adore no había contado a Katya: sí habían hecho más que besarse, y esa es la razón por qué la chica estaba tan nerviosa.

— ¿Puede sentarse señorita Delano? ¿O las sillas son de muy mala clase para una princesa como usted? —preguntó nuevamente la profesora, con voz mucho más vacilante que antes, pero aún manteniendo su actitud característica.

— Las sillas no, su maquillaje sí. — Soltó la chica como respuesta, y tomó asiento. Sorprendentemente,  ahora todos estaban en silencio.

Desde ese día se supo que Adore era la única que podía dejar sin palabras a la especial profesora de biología, y por supuesto es un poder que no dudaría usar durante todo el resto de ese año.