La ciudad y la verdad

6 2 0
                                    

Sheila estaba ya en la puerta principal de su casa.

Ding dong.

*se abre*

MADRE
-¡Sheila!

Dijo abrazándola.

MADRE
-Pasa cariño...

El padre la estaba esperando en la mesa, como preparado para una conversación.

PADRE
-Hola, hija. He hecho un powerpoint para explicarte que vas a estudiar o que vas a hacer en tu futuro.
SHEILA
-¿Cuando va a volver Clara?
MADRE
-... Venga siéntate y come galletitas mientras te explicamos ¿vale?
SHEILA
-¿En serio?

Sheila se sentó sin mirar a los ojos a sus padres.

PADRE
-Te hemos hecho caso.

Sheila alzó la mirada contenta.

SHEILA
-¿¿¿¡¡¡EN SERIO!!!???
MADRE
-Sí.
SHEILA
-¿Entonces seré lo que yo siempre he querido ser?
PADRE
-Sí Sheila.

Sheila empezó a bailar en la mesa.
El padre le hizo un gesto con la mano de como que pare, y que espere.

PADRE
-Ya que como tú no quieres tener un marido, y quieres ser independiente. Vas a ser monja.
MADRE
-Lo que tú querías, un lugar sin depender de un marido, ¿a que es lo mejor del mundo?

Sheila se quedó con la boca abierta, inmóvil, ella se creía que iba ser policía.

PADRE
-Después de el verano, empezarás. Te iremos a visitar una vez al mes o... una vez al año.
SHEILA
-¿Y que haréis con el dinero?

Los padres siguieron contándole cómo iba a ser su vida después del verano, ignorando y descartando totalmente esa pregunta.

SHEILA
-Ya entiendo... A mi no me queréis porque no soy como vosotros, ah pero en cambio si queréis a Clara, porque ella, pues claro, ella os hace caso en todo. Pues que sepáis que lo que habéis hecho es ilegal aquí y que por mucho que allí sea normal, cuando sea mayor de edad, que apenas me quedan dos años, todo esto va a salir a la luz. Y entonces...

Los padres se pusieron con el móvil, mientras Sheila les daba ese discurso.

MADRE
-Te queremos mucho, hija...

Dijo sin mirar el móvil.

SHEILA
-¿Que os ha pasado? Cuando nosotras éramos pequeñas erais normales. No os importaba ni siquiera vuestra vida. ¿Y ahora vais a gastaros el dinero en tonterías y viajes? O en una mansión la cual yo no voy a vivir, porque voy a estar encerrada... Y claro también vais a intentar quedaros con el dinero de la familia de Marco y Jake.

PADRE
-Sí, Sheila, lo que tú digas cariño... Este verano puedes ir con tus amigos.

Escribiendo y escribiendo. Nunca dejando de mirar la pantalla.

SHEILA
-Sabes perfectamente que no tenía amigos, pa pá.

Sheila estaba siendo ignorada, así que aprovechó para escribir cartas, como había prometido y ver que notificaciones tenía en su móvil, del cual se había olvidado completamente.

Notificaciones:

-Gmail;

Vanessagonzferrero@gmail.com dice:
Sheila, ¿te has quedado sin dinero? JAJAJA.

Él de pueblo y ella de ciudadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora