SHEILA
-Quedan dos días para que vuelva el propietario y la maestra, y yo aquí, sin saber que hacer.Sheila pensó en algo muy arriesgado.
SHEILA
-¡Marco!
MARCO
-¿No ves que estoy dando de comer a los animales?
SHEILA
-¿Y si nos vamos del pueblo?...
Marco no podía creer lo que estaba escuchando.
MARCO
-¿Alguna vez te han llamado loca?
SHEILA
-Dentro de dos días, ya no podremos ir a las anchas.
MARCO
-Es verdad pero, ¿salir del pueblo? ¿Cómo? ¿Y a dónde quieres ir?
SHEILA
-Pues... No lo sé, vayamos a la estación.
MARCO
-Pero tú te crees que...
SHEILA
-Solo quiero salir de aquí un rato.
MARCO
-No podemos dejar la granja sola... Ya conoces el riesgo.
SHEILA
-Huh... Tienes razón. Otro día será...Marco soltó una carcajada.
SHEILA
-No tengo nada que hacer.
MARCO
-Ves a ver a Anna.Sheila tuvo otra idea y se puso super emocionada.
SHEILA
-GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.Dijo abrazándolo.
MARCO
-Eee... E e e...Ese era el sonido de la vergüenza.
SHEILA
-¡Adiós!Marco se había quedado paralizado.
Anna dijo a Sheila dónde vivía. Entonces fue a buscarla. Cuando llamó a la puerta, no abrió nadie. Y de repente detrás suyo...
ANNA
-¡Sheila!
SHEILA
-¡HOLA ANNA!
ANNA
-¿Oye puedes venir un momento?
SHEILA
-¿Sí?
ANNA
-Ahora no puedo ir contigo, mañana quizás.
SHEILA
-Pero...
ANNA
-Es que mi hermano es muy... En fin, ya hablaremos. Te iré a buscar.La emoción de Sheila se entristeció.
SHEILA
-Vale...Sheila volvió a la granja, sin nada que hacer.
SHEILA
-No puede...
MARCO
-Ah.
SHEILA
-¿Me enseñas algo?
MARCO
-¿No estabas enfadada?
SHEILA
-Claro que sí. Hasta que no te arrodilles y me implores perdón, no dejaré de estarlo. Que esté contenta con otros, no significa que lo esté contigo.Dijo poniéndose firme.
MARCO
-Uy... Que mentirosa...Sheila se sonrojó.
SHEILA
-¿Bueno me enseñas o que?
MARCO
-Hmmm, limpia las heces de los caballos.A Sheila le dio una arcada.
SHEILA
-Prefiero... Ver que haces tú, sí.
MARCO
-Te puedo enseñar a algo que no tiene nada que ver con esto.Marco llevó a Sheila a la parte trasera de la granja y al llegar, se sacó una cosa extraña del bolsillo.
MARCO
-¿Ves esto?
SHEILA
-Sí, es un tirachinas, ¿no?
MARCO
-Mis amigos y yo lo utilizamos para cazar animales pequeños. Como ratas, pájaros, conejos, gatos...
SHEILA
-¿¡Gatos!?
MARCO
-Aunque los gatos los dejamos colgados.
SHEILA
-¡QUE BARBARIDAD!
MARCO
-Les tiramos piedras...
SHEILA
-Bueno explica el uso que le vas a dar y deja esa locura.Marco agarró botellas vacías, de cristal. Y las puso encima de unas cajas de madera.
Luego utilizó el tirachinas para romper las botellas, a distancia.SHEILA
-Donde yo vivo... No se utilizan estas cosas. La verdad prefiero esto que el móvil. Por cierto... ¡¿Y MI MÓVIL?!
MARCO
-¿? Déjate de tonterías. ¿Quieres aprender o no?
ESTÁS LEYENDO
Él de pueblo y ella de ciudad
RomanceSheila es una mujercita que siempre ha querido ser independiente y solo piensa en su futuro. Le dan una oportunidad de servicios en un pueblo muy lejos de su grande ciudad, donde puede ganar mucho dinero y así acercarse a sus sueños, aunque sus padr...