Sweet moment set aside for us

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Brian empieza a despertar, gracias a los rayos de sol que se cuelan entre las cortinas de la ventana de su pequeña habitación. Con un poco de molestia, se levanta de su cama, se dirige al baño para darse una ducha rápida y lavar sus dientes.

En cuanto termina, va a la cocina a preparar su desayuno, algo sencillo; al terminar, se va tranquilo a clases, para su fortuna, esta vez no se le hace tarde como el día anterior.

En el camino, no puede evitar recordar a Freddie, la compañía que le dio en tan sólo unas horas le hizo sentir bien, pues en los últimos días no había podido sentirse feliz, ni siquiera puso sonreír sinceramente, sino por compromiso, pero con Freddie fue diferente, ¡en verdad le habían dado ganas de sonreír! Ya lo echaba de menos. 

Mientras piensa en todo eso, sin darse cuenta, se forma una linda sonrisa en sus labios; al percatarse de ello, se empieza a hacer muchas preguntas: ¿por qué me provoca esto una persona que apenas conozco? 

No lo sabe, así que trata de no darle más importancia, pues piensa que no tiene porqué preocuparse por aquello.

Luego de unos minutos al fin llega a la universidad, decide que antes de entrar, va esperar a Roger, para poder platicar un rato. No tiene que esperar mucho, ya que divisa el auto de su amigo estacionarse.

Le parece un poco extraño que del coche no sólo salga él, sino también John, pues normalmente llega solo o con alguna chica. En fin, ya luego le preguntaría. En cuanto se dan cuenta de que Brian los espera, lo saludan desde lejos y comienzan a acercarse.

—Brian, al fin llegas temprano —saluda el rubio.

—¡Oye! Sólo fue ayer —responde entre risas—. Hola, John ¿Cómo estás? —voltea a ver al menor.

—Bien, gracias, ¿y tú? —le dice risueño.

—Me alegra mucho —habla sonriendo—. También estoy bien, gracias —se forma un corto silencio—. Oigan ¿y cuándo se conocieron? —pregunta curioso.

—Pues, verás, los encontré en el bar de anoche, escuchábamos a una de las bandas que tocaba —se detiene un momento—. Tan sólo me acerqué a hablarles y, bueno, aquí nos ves.

—¿Hace cuánto?

—No tiene mucho, tal vez dos semanas, cuanto mucho —responde John, entrando en la conversación.

Hablan un rato más hasta que a Brian se le aparece una duda: ¿Dónde está Freddie? Habían quedado de verse, por eso le parecía raro el no haberlo visto aún.

—¿Oigan, saben dónde está Freddie?

—Nos dijo que no podrá venir —dice Roger—, pasamos por él a su casa en la mañana, dijo que faltaría a clases.

—¿Saben por qué? —pregunta un poco preocupado, tratando de no mostrarlo.

—No, no nos dijo —le responde John un tanto extrañado, ambos notan un poco la repentina preocupación del más alto.

No preguntó nada más y se despidió de sus amigos para entrar a clase. En el tiempo que fue transcurriendo no podía dejar de preocuparse por Freddie, ¿dónde estará?, ¿le pasó algo?, ¿lo podré ver en la cafetería como acordamos?

Bueno, lo único que sabía es que no pudo concentrarse en ninguna materia tan sólo por estar pensando en lo mismo. Hasta que pudo salir de su última clase se apresuró a ir al lugar en donde prometieron verse, esperó un rato y no llegaba, estaba considerando resignarse e irse ya, pero vio al pelinegro aproximarse a lo lejos, una sonrisa se forma involuntariamente cuando lo ve.

—Hola Brian, lamento la demora —saluda el menor con la voz entrecortada a causa de haber corrido tanto—, ¿esperaste mucho?

—No hay problema, llegué hace un rato —se miran en silencio unos segundos, con Freddie aún tratando de normalizar su respiración—, ¿estás bien?

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