Bijou

I'm aching to be free

—¿En serio se lo dirás?

—Quiero hacerlo, o e-eso creo, tal vez sea una mala idea.

—No lo es, es mejor que si lo hagas.

—¿Para qué?, da igual, de todas maneras va a rechazarme, no importa el día en que se lo diga—¿por qué siempre me contradigo?

John y Freddie llevaban hablando unos minutos a cerca de lo que el pelinegro estaba considerando, aunque trataba de convencerse de no hacerlo, una parte de él le pedía insistentemente que no dudara más y se lo dijera de una vez por todas, y a causa de toda esta confusión se vio obligado a recurrir a alguien que pudiese ayudarlo y que además fuese de confianza, ¿y qué mejor persona que John?, era literalmente su única opción, también estaba Roger, pero este tema lo avergonzaba un poco y no quería que lo supieran tantas personas, porque sí, para él el que lo supieran más de dos ya era demasiado.

—Sí importa, mientras más tiempo pase es peor.

—Tal vez...

—¿Y qué harás después de eso?

—Es evidente que pasará, y seguro va a dejar de hablarme y todo se irá a la mierda.

—No respondiste mi pregunta, Fred.

—Nada, no tendría caso hacer algo más.

—¿No?

—Sería inútil—Niega bajando la mirada.

—Deberías al menos intentarlo.

—Sólo perdería el tiempo, además, lo molestaría y no quiero ser una carga para él.

—Freddie, solo inténtalo, no te quedes sólo con un "no" como respuesta.

—Ni siquiera va a pensarlo.

—Eso no lo sabes—Sonríe levemente.

—Puede terminar odiándome.

—No lo hará.

—Eso espero—Dirige la mirada al contrario—sino no sé qué voy a hacer.

—¿Y cuándo se lo dirás?

—N-no sé, c-creo que hoy, ¿pero qué voy a decirle?

—Lo que sientes, nada más.

—E-está bien, no debería de sentirme tan extraño aun cuando sé que lo malo pasará, pero...Dios, ¿desde cuándo me volví así?

—Pasará lo que tenga que pasar, ánimo—Sonríe dulcemente—Y tampoco quiere decir que esa sea su última decisión, hasta podría cambiar de opinión.

—Ojalá eso fuera cierto—Ríe sin ánimos.

—Oh, créeme, podría ser, mientras sólo debes centrarte en lo que dirás.

—Okey, sólo que no estoy cien por ciento listo.

—¿Para decirle?

—Aparte, para ser mandado directo al carajo.

—No digas eso.

—Espero que no sea muy cruel conmigo.

—No pienses mucho en eso.

—Está bien, lo intentaré.

No conversaron mucho más, pues el castaño tenía que irse o se le haría tarde.

—Lo siento, tengo que irme, luego me cuentas lo que pasó ¿sí?

—Lo haré, adiós John.

—Nos vemos.