Ya se había vuelto una costumbre que Freddie y Brian se vieran después de clases, pasaban mucho tiempo juntos, de hecho se veían a diario, ya sea en casa del rizado o en algún lugar público, pero últimamente el peso de la infinidad de exámenes, proyectos y demás cosas les habían impedido hablarse como ellos quisieran, aunque no pasaban más de dos días de no verse, no les era suficiente, era como si necesitaran aún más del otro, Freddie ya comenzaba a acostumbrarse, pues a él le ayudaba bastante para superar su relación fallida, pero para Brian era algo sumamente extraño, en realidad lo era para ambos, pero a él le molestaba un poco sentirse dependiente de la compañía de alguien, y esto era por el simple hecho de que no podía estar tranquilo ni dedicar toda su atención a su alrededor, en resumen esto le provocaba muchas distracciones.
Pero fuera de todo esto los momentos con el pelinegro eran más que increíbles, y no podía quejarse por nada del mundo de esto, adoraba cada segundo a su lado y no iba a negarlo, cada que pasaban más tiempo sin cruzar ni siquiera una mirada lo único que quería era verlo lo antes posible, no podía negarlo más, decidió no complicarse más y aceptarlo.
Los días que no llegaron a cruzarse fueron un tanto aburridos y no se la pasaron del todo bien, era como si todo les costara más, pero en cuanto lograban juntarse de nuevo sentían como si toda su energía volviera en un instante, era extraño pero maravilloso.
En una ocasión hablaron sobre el tiempo que tenían para ellos y esas cosas, y como ya no habían tenido tantas oportunidades de verse, decidieron que sería mejor esperar a que todo pasara, también pensaron en estudiar juntos, pero al final no lo hicieron porque sabían que no se dedicarían al cien por ciento a ello, si estando separados se distraían pensando en el otro, ¿qué sería si se tenían de frente?
Lo mejor fue esperar a que ese periodo terminara para poder juntarse con más tranquilidad, y aunque fue un tanto difícil el tiempo se pasó volando y al fin podían verse de nuevo, como ya lo habían estado haciendo, era como volver a sentir esas ganas de hacer casi cualquier cosa, y no de una manera cualquiera, sino de una manera portentosa y llena de enegía, con pasión y entusiasmo, era algo que no comprendían pero les agradaba de alguna manera.
—Hey Bri, ¿cómo te fue?
—Bastante bien, ¿y a ti?
—Nada mal.
Finalmente acabó el periodo de exámenes, ahora podrían volver a su otra rutina sin ningun problema, estaban felices porque al fin pasarían más tiempo juntos como lo esperaban desde que todo eso inició.
— ¿Entonces ahora si podrás ir a mi casa, verdad? —Pregunta el mayor con interés.
— ¡Claro que sí!, ¿qué podríamos hacer? —Obviamente no estaba en sus planes rechazar cualquier oportunidad, así fuera mínima, que se les presentara.
—Podríamos invitar a Rog y a Deacy también, podríamos celebrar que al fin terminaron los malditos exámenes, ¿no crees?
—Buena idea, pero tendremos que comprar algunas cosas.
— ¿Como qué?
—No lo sé, pero no tengo mucho dinero, tendremos que pedirles un poco.
Brian parece dudarlo un poco, pero al final acepta, cada quien pondría una parte para al menos poder comprar algunas cosas para comer. Irían a casa de Roger a pasar la tarde, el plan inicial era ir a la del rizado, pero a causa de su insistencia porque la reunión se realizara en dicho lugar, no tuvieron de otra más que aceptar, además sería mejor para Brian que no tendría que limpiar todo el desastre el solo después.
Finalmente sólo compraron unas hamburguesas, y claro algo vegetariano para May; de beber tan sólo una botella de Brandy barata.
La habitación estaba inundada de un ambiente tranquilo lleno de risas y con una plática amena, aunque claro, las miradas extrañas entre Freddie y Brian no hicieron falta, pero fuera de sentirse incómodos era más bien como una sensación de placidez y algo más que no lograban captar. Sus amigos en ningún momento dejaron de demostrar lo cercanos que se habían vuelto, era como si con cada día que pasara se unieran cada vez más.
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Bijou
FanfictionEl amor perfecto es una fantasía, pero las encantadoras historias de amor sí existen, sólo es cuestión de encontrar a la persona correcta.