¿Qué demonios pasa conmigo?, Rog tiene toda la maldita razón, ¿por qué dudar si sólo es mi amigo?
Si es eso, entonces sólo debo decirle que no puedo corresponderle y ya ¡tan simple que suena!, pero... ¿en serio quiero eso?, ¿de verdad no siento nada por él más que una amistad?
Intenté compararlo con alguna persona que me haya gustado o que haya sido mi pareja, pero no existe tal cosa, no puedo hacer ninguna comparación porque no la hay, no puedo comparar a Freddie con ninguna de esas chicas porque es muy diferente, él es especial... por eso es que no he podido aclarar nada.
Siento cosas que no conocía o que nadie me hizo sentir jamás, pero al ser mi amigo puede que sea otra cosa... en este momento tengo un dilema, uno que me impide continuar: puedo equivocarme con las dos únicas desiciones que tome; la primera es continuar como amigos, y la segunda es intentar conseguir algo con él, pero como dije, puede que no quiera que sea sólo mi amigo, ¿y si me equivoco en esto?, no sería justo para él, no quiero que parezca que quiero experimentar ni nada por el estilo. Parecería que sólo quise usarlo.
Mientras sólo haré lo que me dijo Roger, seguir hablando con él con normalidad y tal vez me ayude, ya dependerá del tiempo...
No sé de qué vamos a hablar si ahora estamos con esto de por medio, será extraño; quiero decirle tantas cosas y a la vez nada por el simple hecho de que me avergonzaría hacerlo. Patético.
Como siempre acostumbro, iré a esperarlo en el mismo lugar de siempre, quiero verlo de una vez, aunque probablemente me ponga nervioso ¿Por qué soy así cuando se trata de él?
Necesito encontrarlo rápido si es que quiero que lleguemos temprano con los chicos, y tal vez hablar un rato con él...
—¡Brian! —llama Freddie desde lejos.
Al fin lo encuentro, o mejor dicho, él me encontró a mí.
—Te estuve buscando —dice el más alto al estar a sólo unos metros de distancia, sonriendo justo después de escucharlo.
—¿Ya estás libre?
—Sí, acabo de salir, ¿y tú?
—Con razón no te entontraba —ríe brevemente—, yo salí hace una hora, más o menos. Pensé que tu última clase terminaba más temprano.
—Así era, pero tuve que irme un poco más tarde, luego también fui a buscarte, supongo que te debí esperar —también ríe—. Rog me pidió que te preguntara si puedes venir hoy con nosotros, esta vez a casa de John.
—Sí —asiente un par de veces—, sólo tengo que a dejar estas cosas a mi casa.
—Te acompaño... s-si quieres.
—Claro, así no tendré que ir solo.
Caminaron en silencio, Brian era el que iba más callado, se sentía algo extraño, pero no eran nervios ni tensión, era algo que no logró identificar. De vez en cuando se hablaban, pero no eran cosas relevantes, y estas estaban muy alejadas de su situación actual, no querían tocar el tema por nada del mundo. O al menos no ahí.
—Debo hacer algo antes de irnos, no tardo —dice antes de entrar a su habitación.
En realidad no iba a hacer nada más que pensar bien en lo que quería decirle, en tan poco tiempo se dio cuenta de varias cosas, y no iba a esperar más para hacérselo saber, podía esperarlo a él, pero no a lo que tenía en la mente —probablemente no sirva de nada, al menos no a él, pero creo que valdrá la pena—. No tenía la certeza ni absolutamente nada que se acercara a lo que podría decirle o pensar de él, lo único que esperaba era que no lo ignorara cambiando el tema al instante.
Sería peor si no le digo nada, si me manda al carajo puedo decir que al menos lo intenté.
Espero no decir o hacer nada estúpido, usualmente al ponerme nervioso es lo único que hago. Lo último que quiero es que él se moleste conmigo, debo cuidar bien lo que le digo.
Sólo no puedo esperar más a esto, podría ir justo en este momento y decirle todo sin rodeos, no hacer nada más que dejar que fluya, pero no lo haré porque no tengo el valor suficiente ¿por qué tengo que comportarme de esa manera justo con Brian?, demonios, sueno tan infantil, de tantas personas que conozco ¿tenía que ser él...?, aunque si soy sincero, no me arrepiendo de eso, ahora comprendo que no está mal, sólo debo tranquilizarme y hablar, ¿qué podría salir mal?
—¿Aún tenemos tiempo, o ya tenemos que irnos? —pregunta algo ansioso mirando al rizado, sintiendo como su corazón se aceleraba al instante.
—Todavía falta un rato, ¿por qué?
—Sé que no sabes qué responderme, y no tienes que hacerlo si no puedes por ahora..., pero al menos me gustaría decirte algo... ¿p-puedo? —dice sin darle más vueltas al asunto.
—Dime —habla casi quedándose sin palabras, el tema lo inquietaba bastante, y con que ahora Freddie fuera a decirle algo más, no sabía si estar feliz o nervioso.
Él esperaba que dijera cualquier cosa que le ayudara a comprender lo que realmente sentía, o al menos que se lo facilitara, pero no fue el caso; en vez de eso, Freddie fue directamente hacia él, al principio se sentía inseguro, cada cosa que ya había pensado a fondo se esfumó, descendiendo rápidamente, ocultándose en algún sitio oscuro y lejano, ya no había lugar ni tiempo para retroceder o huir, ni siquiera para pensar en algo, todo se fue en cuestión de segundos y no había nada que hacer por ello, eso ya no tenía una solución pronta.
No supo en qué momento ya estaba a escasos centímetros del rizado, el cual estaba inmóvil, fijo en su lugar sin saber qué hacer, observando atentamente cada movimiento del pelinegro, su mirada clavada en él, con los ojos abiertos hasta donde podía.
Ninguno de los dos controlaba ya a sus mentes o movimientos, era como si alguien más se hubiese apoderado de ellos, o más bien su lado que no piensa y sólo actúa por impulso o necesidad.
Estaban tan cerca que lograban sentir la agitada respiración del contrario en sus rostros, escuchaban cada latido de sus alterados corazones, jurarían que cada parte de sus cuerpos temblaba a causa de la posición en la que se encontraban, tenían tantas sensaciones revueltas que querían gritar, incluso tenían una ligera, pero suficientemente perceptible sensación de náuseas.
Ambos cerraron los ojos al estar ya demasiado cerca, el poco ruido exterior se fue apagando lentamente, el mundo a su alrededor desapareció por completo, sólo eran ellos dos.
Cada segundo que pasaba era eterno, mientras más pasaban se hacían todavía más largos, pero no les daba una sensación desagradable, al contrario, les hacía disfrutar más del momento. Era como si estuviese en cámara lenta, cada que se aproximaban más, el tiempo se hacía más perpetuo, como si quisiera durar por siempre.
Como si de mucha espera se hubiese tratado, finalmente unieron sus labios, sintiendo una corriente eléctrica pasar por cada extremidad, visitando cada rincón de sus cuerpos, algo que ahora sentían necesitar, que antes no sabían que necesitaban.
Sus brazos estaban perdidos en el aire, no eran necesarios, sólo requerían a quien tenían enfrente.
Fue un contacto simple pero precioso, cada maldito segundo estaba valiendo la pena por completo. Cualquier persona que los viera sólo diría que fueron unos cuantos segundos sin importancia, para ellos fue una eternidad, una hermosa y perfecta eternidad.
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Bijou
FanfictionEl amor perfecto es una fantasía, pero las encantadoras historias de amor sí existen, sólo es cuestión de encontrar a la persona correcta.