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Greta.

Llegué hace unos diez minutos, el viaje en avión fue relativamente corto. Estoy sentada en un banco, esperando a que mi mamá aparezca.

-Greta- giré mi cabeza en dirección a esa voz. Sonreí al verla.

-Mamá- respondí abrazándola. No la veía hace un año, cuando decidió mudarse con Carlos y Daniel.

-¿Como estuvo el vuelo?- preguntó acariciando mi pelo.

-Bien, dormí la mayor parte- respondí con una sonrisa.

-Greta, que bueno verte otra vez- Carlos me dedicó una sonrisa. A él también lo había extrañado.

A su lado estaba mi hermanastro, Dani. Nunca nos llevamos muy bien, lo conocí a los diez años y vivimos seis años juntos, pero nunca se acostumbró a mi casa, ni a mi ciudad, mamá se volvió con ellos el año pasado y yo me negué, viví un año con mis abuelos, pero la extrañaba mucho.

Le dediqué una sonrisa falsa, él hizo lo mismo.

Salimos del aeropuerto y subimos las valijas a la camioneta.

-Pasá- habló Carlos abriendo la puerta de su casa. Sonreí sin mostrar los dientes y entré.

Era una casa común, no era muy grande, pero tampoco muy chiquita. No era para nada a lo que estaba acostumbrada. Miré con mucha atención todo, se nota que mamá había hecho un par de arreglos.

-¿Donde dejo esto?- pregunté mirando las valijas.

-Esa es la habitación- señaló mamá.

Asentí y caminé en dirección a la puerta que me señaló.

Al abrirla, el olor a Daniel se hizo presente, habían dos camas, su play, una tele y demás cosas que antes tenía en mi casa.

Me di vuelta y miré a mi mamá, ésta me sonrió.

-¿Acá voy a dormir?- pregunté con mal tono.

-Greta, basta- respondió y bufé.

Entré y me senté en la cama que no tenía sábanas.

Dani entró y se acostó en su cama, mirando el celular.

Recién llego y ya empezamos mal, muy mal.

-No pienso dormir ahí Lorena- hablé saliendo de la habitación.

-Greta- se quejó.

-No puedo dormir con Daniel- respondí abriendo exageradamente los ojos.

-No hay otra pieza- dijo para luego darse vuelta e ir hacia la cocina.

-Mamá- la seguí. -En serio, no puedo dormir con él- volví a decir.

-Greta, cortala, se tienen que empezar a querer un poco más- la miré con cara de asco.

No es que yo no quiera a Dani, de hecho lo súper aprecio y me encanta estar con él, pero por su parte no es así, siempre que puede me recuerda lo mucho que me odia y para no quedarme atrás, le digo que yo también.

-Si lo asfixio con la almohada o él a mí, después no digas nada- hablé saliendo de la cocina.

Volví a la habitación y él seguía en la misma posición. Puse los ojos en blanco y me senté nuevamente en mi cama.

-Aquel es tuyo- habló señalando uno de los placares.

No respondí, solo me paré y empecé a sacar la ropa de las valijas.

Cuando terminé ordené la cama y puse mis peluches. Me acosté a mirar mis redes sociales.

-A cenar- habló Carlos abriendo la puerta.

Comíamos en silencio mirando una película en la tele.

-La semana que viene ya empezas la escuela hija- miré a mi mamá, quien me estaba mirando a mí.

-¿En donde?- pregunté rogándole a todos los santos, que no sea con Dani.

-En la escuela de Dani- respondió con una sonrisa.

-¿No hay más escuelas acá?- pregunté.

-No te voy a mandar a otra escuela con gente que no conocés- respondió.

-Pero en esa tampoco conozco a nadie- respondí con mala gana.

-Y bueno flaca, a mí me mandaron seis años con vos y esos pelotudos manga de chetos- ya se tenía que meter el idiota.

-Anfibio, cerra el orto- respondí sin mirarlo.

-Chupame la pija Greta- dijo con ese tonito que tanto odio.

-Daniel- habló con voz firme Carlos.

-Y ponete, ay cierto, no tenés, no hay nada que pueda chupar pelotudo- dije mirándolo.

-Greta- habló mi mamá del mismo modo que Carlos.

-Vení y fijate si no tengo- Dani se paró y levantó un poco su remera mientras me miraba.

Levanté una ceja y también me paré.

-¡Se sientan ya!- gritó Lorena.

Lo hicimos, sin dejar de mirarnos.

-Primer día y ya empezamos- habló Carlos tapando su rostro.

-Me tienen harta- respondió Lorena.

-Permiso- hablé dejando la comida a un lado, para luego retirarme de la mesa, yendo a la habitación.

Me cambié y me senté en la cama, para luego prender la tele.

Unos diez minutos después la puerta se abrió y entró Dani.

Opuestos \\ TRUENO🌩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora