-Es que no sé que más podes regalarle- respondió Valen.
-Estoy harta- crucé mis brazos y él comenzó a reír.
-A Mateo le regalas un pedazo de papel donde dibujaste un corazón y anda feliz por el mundo- habló tocando mi hombro.
-Si, pero no quiero darle un corazón dibujado en un papel, quiero darle un regalo que en serio le guste- respondí.
-Entregale el orto- dijo divertido.
-Na eso ya se lo di- comencé a reír por la cara que puso el castaño. -Ya fue, no sé que poronga le voy a dar mañana, soy una mierda- hablé enojada.
Me frustre demasiado y decidimos volver a casa.
Al llegar estaban todos los pibes jugando al FIFA en el sillón. Los saludé y caminé hasta la pieza.
Me sentía mal por no saber que darle, se supone que es mi novio, eso lo tengo que saber.
Bueno, si hay halgo que le gusta mucho a Mateo, es comer.
Pero tampoco quería sacarlo a comer porque ya lo hicimos muchas veces.
Me cambié y salí a estar con ellos.
-Eh Greta, te juego una- habló Mauro.
-No me gusta el FIFA- respondí y me senté en las piernas de Mateo.
-¿Y vos estas con mi amigo? Inaceptable- dijo y reí.
-Amor, te quiero- susurre en su oído y sonrió.
-Yo te quiero muchísimo- respondió de la misma manera.
[...]
Me desperté en eso de las dos de la tarde, porque los pibes se fueron a las siete de la mañana.
Tanto Mateo como Daniel no estaban en la habitación.
Me levanté y pasé al baño, al salir cocine y almorcé.
-Che ma, ¿Los chicos?- pregunté.
-No sé amor, se fueron temprano- dijo y la miré extrañada, pero no le di mucha importancia.
Me pasé la tarde sola, ya que mamá y Carlos se fueron.
Me seguía sintiendo mal por no tener un puto regalo para él. Agarré mi celular y busqué mi foto favorita de él.
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Le mandé un mensaje a Valen para salir otra vez, pero me dijo que estaba ocupado. Tuve que salir sola.
Fuí al súper y compré todo lo necesario para hacer tacos, no se me ocurrió otra cosa.
Rogaba internamente que él no esté en casa, para poder guardar todo.
Pero la vida me odia, al abrir la puerta lo ví sentado en el sillón.
Vino corriendo y me alzó.
-Feliz primer mes y ojalá sean muchos más- habló escondiendo su cabeza en mi cuello.
-Feliz primer mes bebé- respondí abrazandolo más fuerte.
Nos separamos y dejé un rápido beso en sus labios.
-¿Que trajiste?- preguntó mirando las bolsas.
-Perdón- pedí abrazandolo nuevamente. -No pude encontrar un regalo para vos y no se me ocurrió otra cosa que comprar para hacer tu comida favorita- seguí hablando.
-Ay Greta- comenzó a reír y agarró mi cara. -Sos tan hermosa- respondió después de estar un rato largo mirándome. -Andá al sillón- pidió agarrando las bolsas que dejé tiradas.
Asenti y caminé hasta ahí.
Mateo dejó las cosas en la cocina y después caminó hasta la habitación.
Jsjsj no quiero decir que creo que ya tengo el final... Pero creo que ya tengo el final:))
