Capítulo 05.

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¿Alguna vez te sentiste el mayor centro de atención? Como si solo tú estuvieras ahí y todo desapareciera a tu alrededor.

Ya sabes, como si miles de reflectores te apuntaran solo a ti, iluminándote completamente. Como si fueras lo más divino, como un ser de luz o una obra de arte que tiene que ser admirada. Así me sentía en este momento, por más narcisista que suene.

Mientras bajaba las escaleras las personas me miraban pasmados, ¿Era mi cabello ¿Mis ojos? La gente aún se seguía sorprendiendo por esas cualidades que poseía, aunque ya hayan convivido conmigo antes.

Me sentí incomoda e intimidada por sus atentos ojos sobre mí y sonreí en medio de una mueca. Llegué al final de las escaleras y ahí estaban mis padres con unas sonrisas de orgullo en sus rostros.

Carrie me arropó entre sus brazos con un cálido abrazo y yo sonreí correspondiéndole, me separé de ella y Charles también me abrazó con cariño.

—Disfruta tu noche, cariño —Dijo mamá achicando sus castaños ojos en medio de una sonrisa—. Te queremos mucho, Melissa.

—Y yo a ustedes —Confesé sonriendo y algunas personas empezaron a saludarme y felicitarme.

No conocía a muchos de los adultos que estaban aquí, muchos eran colegas de Carrie y Charles. Pude reconocer a varios de mis compañeros de clase y saludé a algunos.

La decoración era hermosa, el salón estaba perfectamente arreglado, las mesas circulares y con manteles de seda se esparcían por todo el lugar. Había una mesa rectangular larga en una esquina para no estorbar y estaba llena de aperitivos y golosinas.

Los regalos eran llevados por un mesero a mi habitación, las decoraciones eran color purpura y dorado metálico, los candelabros de cristal colgaban del techo alumbrando el lugar. En el centro de las mesas había jarrones transparentes de vidrio con hermosas flores color blanco.

Todo muy hermoso y organizado.

Carrie no mentía cuando dijo que los Kestner celebraban a lo grande, no cuando vi que todo estaba lleno de personas que reían y se movían con la gracia y elegancia típica de su clase. Los meseros se paseaban con bandejas que llevaban copas rellenas de bebidas alcohólicas.

Me acerqué con una sonrisa a una de las mesas cuando en ella vislumbré a mis dos amigos hablando entre ellos. Ambos levantaron la mirada y el macarrón que Claude se iba a meter a la boca se quedó en al aire cuando me vio.

Sus quijadas casi cayeron al piso con incredulidad cuando notaron como me veía, esta noche siento que me arreglé demasiado, me gustaba como me miraba delante del espejo, me hacía sentir segura y más hermosa de por sí.

—Por dios, mírate —Expresó Claude haciéndome dar una voltereta en mi lugar—. Te ves hermosa Melissa, ¿Dónde quedó la chica que se pone lo primero que encuentra en su armario?

—Hoy tuvo ganas de desaparecer —Sonreí y Jeff se acercó para abrazarme.

—Te miras preciosa, feliz cumpleaños —Me felicitó cuando se separó y le regalé una sonrisa a él también.

—Feliz cumple —Le secundó Claude lanzándome un beso.

Ellos se miraban muy elegantes hoy.

Claude llevaba un vestido negro largo de hombros descubiertos y su cabello zanahoria estaba atado en un moño alto, de sus orejas colgaban unos pendientes de diamante muy bonitos y su maquillaje era sutil. Por otro lado Jeff estaba vestido con una camisa de lino blanca, un saco azul marino a juego con sus pantalones y unos zapatos de vestir negros, su cabello iba perfectamente peinado hacia atrás.

Deserción © [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora