Capítulo 08.

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Aún sentía su mano acariciar mi cabello mientras intentaba calmarme, yo seguía hipando con el rostro lleno de lágrimas.

No dijimos nada por un rato y el único sonido que se escuchaba era el de mi llanto.

El cuerpo de Jensen era cálido y por alguna extraña razón me sentía segura y en paz entre sus brazos, por un momento deseé que no me soltara nunca.

Pero cuando se separó un poco yo dejé caer mis hombros con decepción, sintiéndome vacía.

―¿Ya te sientes mejor? ―Susurró con sus manos en mi rostro y yo asentí lentamente.

―Sí ―Musité viéndolo a los ojos.

Esos ojos que me parecen tan curiosos, uno verde y uno azul, unos que te pueden dejar embobada por lo profundos y atrayentes que son.

Jensen bajó las manos de rostro, se levantó y me tendió una mano para ayudarme a levantarme, la tomé con cautela y me enderecé con cuidado.

―¿Vas a decirle a Claverie lo que pasó? ―Tan rápido como la pregunta llegó a mi mente la dejé salir.

Jensen me miró por unos segundos largos, sin moverse, sin decirme nada. Como si estuviera tratando de leer mi expresión, la cual era una de miedo, expectación y nervios, sumándole mi rostro lloroso.

―Eso es algo que no me corresponde ―Se encogió de hombros dándose la vuelta y levantó los cables que estaban en el suelo.

―Pero...¿no se supone que tú debes informarle de todo lo que hago...o de todo lo que me pasa? ―Inquirí sentándome con cuidado en la camilla.

―Si no quieres que se sepa, entonces no se sabrá ―Me miró y se acercó a mí a paso lento―. Avery, ¿quieres que el Señor Claverie lo sepa?

―No ―Me apresuré a decir negando con la cabeza―. Él...me asesinaría.

―Entonces debes empezar a separar la realidad de tus sueños ―Espetó y señaló la pantalla―. Esa niña no era real, Avery. Todo lo que pasó ahí dentro era producto de tu imaginación, si no quieres que Claverie se dé cuenta entonces metete en la cabeza que nada de lo que pasa cuando estás en esa camilla es real.

―¿Tú crees que es tan sencillo? ―Respondí levantándome y caminando por todo el cuarto―. ¿Has estado en mi lugar acaso?

―No, pero soy un soldado y sé lo que es asesinar ―Indicó delante de mí―. Y la diferencia es que yo sí puedo separar mis sueños de la vida real.

―No, la diferencia es que yo no soy un soldado ―Me defendí y le sostuve la mirada―. Y yo estoy aquí obligada a matar, yo no elegí esta vida y tampoco la quiero.

Müller me miró sorprendido cuando dije eso y sus cejas se levantaron, quise arrepentirme de lo que dije, quise arrepentirme de llorar delante de él, de ser débil cuando estaba en la simulación, pero era tarde. Quise retractarme porque no podía confiar en Jensen, no podía confiar en nadie.

―Yo sabía que había algo raro en ti ―Masculló alejándose un par de pasos―. Lo supe antes de tu primera simulación, me di cuenta el día anterior a eso, cuando estábamos entrenando. Pero no creí que fuera algo así...

Deserción © [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora