Capítulo 24.

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Abrí los ojos lentamente, encontrándome con un pulcro y blanco techo. Las luces me cegaron momentáneamente y un dolor intenso se extendió por toda mi sien. Miré a mi alrededor y supe de inmediato que no estaba en mi habitación, el olor a clínica inundó mi nariz mientras observaba la habitación limpia y de hospital.

Mis ojos cayeron en la venoclisis que estaba en mi brazo.

¿Qué pasó?

―¡Por fin despiertas! ―La voz de Carrie se escuchó por toda la habitación y la vi moverse hasta donde yo estaba. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y se podía notar la preocupación en su rostro―. ¡Temía que no despertaras de nuevo!

Traté de incorporarme sobre el suave colchón y solté un alarido alto del dolor. Mi cuerpo entero ardía y sentí que la cabeza iba a explotarme.

―No te muevas, tuviste un accidente horrible, no debes esforzarte ―Me tomó suavemente del hombro y me obligó a recostarme de nuevo.

―¿Qué ocurrió? ―Pregunté levantando mi brazo para llevarlo a mi cabeza, haciendo una mueca de dolor.

―Tuviste un accidente mientras esquiabas, ¿no lo recuerdas?

Me quedé sin saber que decir unos momentos hasta que una bombilla se encendió sobre mi cabeza.

―Kathelyn Lander ―Nombré―. ¿Cómo está? Ella también resultó herida.

―Kathelyn está bien, cariño ―Me tranquilizó―. Ya está conciente, su familia está con ella. Todos estamos bastantes preocupados por las dos, cuando me llamaron y me informaron simplemente pensé que iba a perder la cabeza, los nervios me carcomían al ver que no despertabas.

―Estoy bien, mamá ―Le sonreí débilmente para tranquilizarla―. No debes preocuparte más.

―De acuerdo ―Suspiró para luego mirarme con fijeza―. Pero hay algo que me tiene desconcertada.

―¿Qué cosa?

Vaciló un poco antes de hablar y después se sentó en el borde de la camilla.

―¿Cómo es que resultaste herida cuando se supone que eso no puede pasarte?

Su pregunta me hizo abrir la boca sin saber que decir, por lo que la volví a cerrar. Las ráfagas de recuerdos de nuevo inundaron mi mente y cerré los ojos con fuerza, tratando de alejarlos.

―Es más complicado de lo que se ve.

―Puedo entenderlo ―Se apresuró a decir―. Confía en mí, Melissa...

―Avery ―Interrumpí, en un susurro―. Mi nombre es Avery.

Sus cejas se hundieron con consternación, sentí mi corazón martillear contra mi pecho, como si pretendiera salir de donde estaba y escapar.

Sé quien soy.

Sé todo.

―¿De qué hablas? ―Llevó su mano a mi frente―. ¿Te sientes bien?

―Mamá ―Tomé su mano para apartarla con cuidado―. El golpe...me hizo recuperar todos mis recuerdos...

Parpadeó un par de veces y ladeó la cabeza.

―¿Entonces por qué esa expresión? ―Preguntó―. ¿No se supone que debe ser algo bueno? ¡Has deseado saber quien eres desde que despertaste hace un año!

La alegría y emoción con la que hablaba no me contagió. Al contrario, solo me hizo sentir un poco peor y más desorientada de lo que estaba.

―Es horrible, mamá... ―Susurré débilmente―. Las cosas de las que huyo, las razones por la que fui creada, son terribles...

Deserción © [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora