Capítulo 23.

136 19 23
                                    

El día por fin había llegado.

Y yo me la pasé la mayoría del tiempo dando vueltas como una lunática o como un león enjaulado que lo único que quiere es ser liberado.

Faltaban un par de horas para que nos fuéramos y hace algunos minutos Jensen me había traído el arma que acordábamos que llevaría, por si las cosas se complicaban o por si debía usarla para defenderme de camino a Narodd.

El vehículo que usaríamos ya estaba escondido en algún lugar del bosque y nuestros objetos personales ya estaban dentro de ellos. Al igual que los explosivos que necesitábamos para fingir nuestra muerte. Cada minuto que pasaba yo me sentía cada vez más ansiosa esperando a que Jensen tocara mi puerta para poder irnos de una vez.

¿Y si no funciona?

¿Y si lo asesinan?

No, Avery. No puedes retroceder ahora, no estando tan cerca de la libertad que tanto ansías.

Me trencé el cabello siendo consciente de lo temblorosas que estaban mis manos y miré las macetas sobre mi mesa. No podía llevarlas conmigo, no podía llevar tantas cosas porque si debía correr entonces tenía que llevar peso ligero.

Me conformaba con la pulsera que Jensen me había dado.

Esperé pacientemente hasta que el reloj marcó la hora acordada y escuché el sonido de mi puerta ser golpeada levemente. Tomé mi arma y la escondí en el bolsillo de mi sudadera oscura. Abrí con cuidado la puerta y noté los pasillos completamente a oscuras.

Jensen me hizo una señal con la cabeza para caminar y yo miré por última vez la habitación que había sido mi espacio personal durante todos estos meses y suspiré por lo bajo. Apagué la luz y cerré la puerta detrás de mí.

Noté que él llevaba su característico fusil de asalto cruzado alrededor del cuerpo y empezamos a caminar sin decir ni una sola palabra puesto a que no podíamos alertar a nadie, menos esta noche que era tan importante para nuestra huída.

Seguimos caminando por los pasillos hasta que unos gritos claros y fuertes nos obligaron a detenernos. Sentí un escalofrío llegar a mi cuerpo y miré al frente.

―¡Maldito traidor! ―La voz de Claverie resonó por todo el lugar.

Lo vi caminar siendo ajeno a nosotros dos mientra iba acompañado de las dos montañas humanas que siempre me llevan a la fuerza a encontrarme con él. Vi como uno de los hombros empujó a un soldado al suelo y este cayó de rodillas mientras estaba cabizbajo.

―¡Lo siento! ―Su voz salió ahogada.

Jensen y yo quisimos escondernos pero fue muy tarde por que los ojos de Claverie nos enfocaron y hundió las cejas con desconcierto.

―¿Qué hacen ustedes aquí? ―Preguntó y nos hizo una seña para acercarnos.

No puede ser, no pude ser.

Caminamos con lentitud hasta donde se encontraban los cuatro hombres y tragué saliva disimuladamente.

―Estaba leyendo pero los gritos me alertaron. Müller estaba dando un rondín por todo Sorrow ―Mentí y puse mi mejor expresión de seriedad y desinterés―. ¿Qué pasa con ese?

Señalé al soldado con la cabeza y Mikael le dio una mirada de reojo.

―Es un maldito cobarde traidor ―Siseó caminando de vuelta a él y lo tomó con fuerza del cabello, me estremecí cuando lo vi soltar un puñetazo que no me esperé contra el rostro del chico―. ¿Sabes lo qué les pasa a los traidores?

Deserción © [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora