Si entras en el pequeño departamento te toparás con la cocina, verás un pequeño pasillo en el que está el baño, y te fijarás en la lampara encendida que está frente a este.
Si das un par de pasos más, entras en la única habitación. Esta está un poco iluminada por la luz del pasillo. Es la idea, después de todo.
¿Escuchas la música tranquila y en volúmen bajo?
No, no viene de la cama grande (en donde duerme la madre).
Sí, ese bulto envuelto en sábanas y frazadas, en la cama pequeña.
Aquel que está oyendo música tranquila y en volúmen bajo mientras escribe en su teléfono en un intento de calmar sus miedos.
Espera que el sueño llegue, como cada noche, para que pueda dormir. Esto sucede desde pequeño.
¿Que si intenta cerrando los ojos y quedándose quieto? Lo ha hecho muchas veces. Pasan horas hasta que lo logra. Obligándose a dormir no descansa en absoluto.
Además, le da miedo estar con los ojos cerrados mucho tiempo. Siempre siente que algo sucederá.
Aquel chico a cada rato mira hacia el pasillo, mira su propia sombra, mira hacia donde la luz no llega. En silencio, observa y escucha todo, paranóico como todas las noches.
Tiene 17 años, pero lo único en lo que piensa es en que, luego de años, aún parece un niño asustado.