Capitulo 5

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Swayhouse y Madison

—¿!Mamá donde está el cable que conecta el control del Xbox al Xbox!? —gritó Jonás sentado en la sala.

—No se Jonás no lo sé, realmente no sé todo en el mundo —respondió su mamá sin desconectar la cara de la computadora.

—¿Y si no lo empaque y lo deje en Londres? —dijo asustado el niño.

—Pues ya aprenderás a hacer todo con más cuidado —hablo Jo bajando desde las escaleras.

—¿Cuánto cuesta uno de esos cables? —ignoró Jo a su hermana.

—Búscalo en tu iPad ¿para que tienes una entonces? —volvió a hablar Jo mientras miraba su celular.

—No junto el dinero —dijo Jonás haciendo un puchero— Mamá ¿me lo compras?

—No tengo el tiempo para comprártelo Jonás —hablo su madre molesta— me estoy ahogando de trabajo.

—Solo dame el dinero y que Jo lo pida en línea —insistió Jonás.

—Ja —dijo Jo en un tono sarcástico— no soy tu sirvienta y en todo caso aprende a hacerlo tú mismo.

—¿Y no tendrá uno algún vecino? —habló su madre tocándose la cíen.

—Ni siquiera hemos socializado con ellos mamá —se encogió de brazos Jo y sacó un yogurt de la nevera.

—¡Jo! —alargó su hermano e hizo una cara tierna— ¿podrías podrías pedirle un cable a los vecinos?

—Ni lo sueñes Jonás tu cara de perrito medio muerto no hace efecto conmigo —su hermana se cruzó de brazos y lo miró desafínate.

—Hago lo que sea POR FAVOR, te haré tus deberes toda una semana, ordenare tu armario o te sobaré los pies —suplico el rubio poniéndose de rodillas.

—Mm —pareció pensarlo por un momento la castaña— primero okey, segundo la vez pasada destruiste mi closet así que no y tercero con crema.

—¡Gracias gracias gracias! —gritó emocionado Jonás para después abrazar fuertemente a su hermana a lo cual Jo le sonrió incómoda.

—Sigo sin entender por qué tu no puedes —se cruzó de brazos Jo mientras se miraba al espejo y acomodaba su pelo.

—Porque no sé cómo hablar con adulto —se encogió de hombros el rubio.

—Me debes la vida —dijo Jo para luego salir de la casa y dirigirse a la de sus vecinos.

Primero fue a la de la derecha y en esta la recibió una anciana con una sonrisa acogedora.

—No no tengo eso disculpa —dijo la mujer mayor— ni siquiera sé qué es realmente —le sonrió amablemente.

—Supongo que gracias —le devolvió el gesto Jo y se fue de ahí.

Luego siguió con la casa de la izquierda donde una mujer de mediana edad le abrió la puerta.

—Disculpa querida no te entiendo muy bien, hablas muy extraño ¿podrías volver a repetirlo?

—¿Que si no tendrá un cable conector de Xbox que me preste? —repitió fingiendo amabilidad Jo.

—Ah querida lo siento pero mis hijos lo están usando y se enojan mucho si se los quito —le sonrió la mujer de manera exagerada.

—Claro —respondió la británica para luego sonreírle forzadamente e irse a la casa de enfrente pero a su derecha.

Ahora un señor adulto le abrió la puerta.

 𝒫𝑒𝓇𝒻𝑒𝒸𝓉𝒶𝓂𝑒𝓃𝓉𝑒 𝒾𝓂𝓅𝑒𝓇𝒻𝑒𝒸𝓉𝑜 - 𝒥𝒶𝒹𝑒𝓃 𝐻𝑜𝓈𝓈𝓁𝑒𝓇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora