Está bien... primero que nada el lugar no era, para nada, como lo había imaginado, era absolutamente enorme. Dos grandes pantallas colgaban de unas plataformas y frente a cada una de ellas había gradas para tomar asiento. De la parte comercial, donde irían los espectadores, había puestos con venta de camisetas, gorras, buzos, otros de comida rápida, bebidas sin alcohol obviamente, puestos de café, helados, cupcakes... (malditos pastelitos) y de golosinas. El lugar era un caos, todavía siquiera sabía en qué grada debía ir.
Tomé mi móvil y tecleé en el grupo esperando que alguien me de señales de vida.
-¡Jessica! -escuché gritar a Flor, detrás de mí, justo después de que envié el mensaje.
Volteé para saludarlos animada, ya que Sebastián también estaba con ella.
-Que bueno que te encontramos... este lugar es un caos -comentó mi amiga mirando a su alrededor a el tumulto de adolecentes que les gustaban este tipo de entretenimientos.
-Ni me lo digas... no tengo idea de que lado sentarnos en las gradas -opiné igual.
-¿Rayan y Marcus ya llegaron? -preguntó Sebastián, la ubicación de los seres más importantes del día.
-Créeme, es lo que más me gustaría saber... envíe un mensaje al grupo, pero ninguno contesta.
-¡Chicos! -gritó Agnes capturando toda nuestra atención.
Santo cielo... casi doy la vuelta y empiezo a caminar fingiendo que no los conocía. Marcus, Rayan y Agnes estaban con una sudadera negra con un extraño dibujo gótico de un dragón fumando y cada uno también llevaba una gorra color amarillo patito.
Agnes saltó sobre mí dándome un fuerte abrazo como si este fuera el día más feliz de su vida y la victoria de Rayan y Marcus ya estuviera asegurada. Luego pasó a saludar, igual de efusiva, a Flor y Sebastián. Los chicos mientras tanto se acercaban caminando como personas normales... disfrazadas. Bueno, Marcus caminaba; Rayan se arrastraba con las muletas.
-Buenos días pequeña admiradora -me saludó Rayan con una pícara sonrisa orgullosa.
-Rayan, más te vale ganar o te meto una muleta por el...
-¡Hey! ¡Hey! Calma todo saldrá bien y si no buscaremos otro modo -me detuvo Agnes antes de que le diga una profanía a mi Némesis.
Rayan me entrecerró los ojos ofendido.
-Te juro que si llego a ganar yo seré quién te...
-¡Eso es, no hay que perder esas energías para el torneo! Nos vemos luego chicos; Agnes, beso.
Marcus tapó la boca de su degenerado amigo y lo arrastró hasta la taquilla de entrada de los participantes, no sin antes pedirle un beso a su novia para la buena suerte. La empalagosa de mi amiga lo besó con las mejillas sonrojadas y se despidió con una sonrisa mientras lo saludaba efusivamente con la mano. Doble wákala.
-¿Alguien tiene idea de dónde debemos sentarnos? -preguntó Sebastián llamando la atención de todos. Los chicos se fueron y seguíamos sin saber dónde rayos ubicarnos.
-Por ahora en cualquier lado, hasta las tres primeras rondas, para la última nos avisarán por las bocinas donde debemos ubicarnos según arreglen a los participantes finales -explicó Agnes manteniendo ese entusiasmo.
-Genial, iré por chatarra antes de que empiece el torneo -anunció Flor y se fue hacia los puestos de golosinas junto con Sebastián quien le seguía por detrás como siempre hacía su perrito faldero, y como no hacerlo, Sebastián antes de estar con nosotras prefería salir a tomar un helado con el profesor de química.
-¡¿Tres rondas?! ¿Qué rayos quiere decir eso? -cuestioné angustiada por mi pasaje del viaje.
-Cada equipo cuenta con cinco integrantes, en una pantalla mostrarán un partido entre dos y en la otra pantalla otros dos equipos, así se repetirá dos veces. Luego quedarán solo cuatro equipos, los semifinalistas, obviamente. En una pantalla se volverán a enfrentar dos de ellos y en la otra el otro par, de ahí quedarán solo los finalistas. Es entonces cuando las gradas se ponen picantes y distribuyen a los animadores según el lado que le toque a cada equipo -explicó Agnes súper emocionada, no entendí ni pony, pero asentí y la seguí para buscar un buen lugar antes de que el concurso comience.
Lo único que tenía en claro era animar con todas mis plegarias posibles al par de descerebrados que eran parte del círculo de mis amistades hoy en día, algo que jamás creí que sucedería. No obstante, algo me picó la conciencia.
-Agnes... si los partidos se juegan de a cinco contra cinco... ¿Quiénes son los otros tres que apoyarán a Rayan y a Marcus? -pregunté tragando mi plegaria.
-Tranquila, son un par de compañeros nuestros y un amigo de Marcus, ellos también son muy viciosos con este juego, estarán a la altura -me calmó mi amiga con una sonrisa mientras frotaba mi espalda con su mano para eliminar mis pesadas energías.
-Por empezar, Agnes. No tengo idea a qué altura están los chicos... -conté muy nerviosa y angustiada.
Mi amiga me rodó los ojos.
-En verdad juegan a ese juego desde que eran unos fetos, descuida -contó guiñándome un ojo.
-¡Hey, aquí! -clamó Agnes al ver a Flor y a Sebastián con dos baldes de palomitas de maíz tratando de buscarnos.
Siquiera los había visto, estaba muy ocupada mordiéndome las uñas.
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¿Conoces al chico nuevo?
Novela JuvenilCERO CLICHÉ: Dos valientes amigas extrovertidas aplastarán el orgullo de sus egocéntricos compañeros de secundaria ¡a como dé lugar! ... -¡¡Agnes!! -escuché que gritó Marcus con espanto. Me encerré en el primer baño que encontré, el de los...