🌟CAPÍTULO IV🌟

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Me dirijo hacia la oficina de mi padre ya que nos convocó a una reunión importante a Liam y a mí, que hizo que cancelara una con unos socios muy buenos para la compañía pero no mi padre tenía que ser

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Me dirijo hacia la oficina de mi padre ya que nos convocó a una reunión importante a Liam y a mí, que hizo que cancelara una con unos socios muy buenos para la compañía pero no mi padre tenía que ser.

Mi padre yo yo no hemos tenido la mejor relación de padre a hijo de hecho si no hubiera ingresado a la empresa nunca lo vería en casa.

Se que a mí edad debería de andar en fiestas y divirtiéndome pero me llamó más la atención la empresas ya que se me da muy bien los números.

Liam es menor que yo pero a él, no le agrado la idea de que mi padre me dejara la empresa pero va en el testamento por qué mi padre está enfermo y ya no tiene las mismas fuerzas que tenía cuando conoció a mamá.

Nuestra madre falleció hace dos años y desde ahí mi padre no volvió a ser el mismo por qué mi madre era la alegría de la casa, ella irradiaba luz.

Desde la pérdida de mamá Liam nunca estaba en casa y mi padre pasaba en su despacho llorando y bebiendo y por eso le ocasionó una enfermedad que no puede hacer esfuerzo y por eso el porque de las empresas.

También tenemos una pequeña hermana, es la princesa de papá aunque ella lo niega, es muy consentida, Ashley siempre lo fue.

Llegó a la oficina de mi padre y Liam ya se encuentra dentro de esta pero no están solos, están acompañados de dos personas más en señor como de una cuarenta y una señorita de una veinte años máximo, que se encuentra de espaldas ya que está viendo por la ventana de la oficina, es muy bonita, su pelo castaño casi rubio es lo que llama más la atención ya que lo trae suelto y se ve muy bello.

Un carraspeo por parte de Liam hace que todos pongan atención en mi dirección y yo incómodo y mi padre rompe el silencio.

—Bienvenido Ashton pasa toma asiento donde desees —yo como estoy educado hago caso sumiso a mi padre.

—Buenas tardes —saludo seguido de un asentamiento con la cabeza.

Dios si me hubieran dicho que casi me daría un infarto al ver esa chica cara a cara, me hubiera preparado.

La descripción por mi parte a ella es... perfección.

Es realmente perfecta. 

Tiene unos ojos azules oscuro que restan con su piel ligeramente bronceada y su cabello que me trae loco desde que entre en esta oficina, esta ondulado o bueno realmente no sé si es así naturalmente pero realmente es hermosa.

—Buenas tardes —saluda su acompañante el señor me da la mano y yo le correspondo igual.

—Hijo te presento a nuestros nuevos socios y más importantes para la compañía, Mark Scott y la señorita Abigail Scott —le prestó atención a Abigail... que hermoso nombre.

Mierda está señorita me hace ser cursi...

—Mucho gusto —le respondo al Señor Scott.

—El gusto es mío —respondió y está ves me volteo directamente a Abigail.

—Mucho gusto —ella me extiende la mano y yo la agarro y la beso. 

—El gusto es todo mío — sonríe... que sonrisa... que voz... me va a dar un ataque.

Veo un rosa intenso en sus mejillas que significa que se sonrojo que ternura...

Pero que me pasa, porque me siento así con alguien que ni siquiera conozco al parecer cuando dicen «amor a primera vista» jamás creí eso pero ahora lo confirmo.

Es cierto, es real.

Por qué está no es la primera vez que la veo, estoy enamorado hace mucho tiempo de esta señorita.

Desde que la vi en aquel restaurante hace dos años y trate de olvidarla, este con varias chichas pero no podía y ahora que escuche su voz y la tengo en frente, mi estómago se movió dentro de mí, es que es tan... tan...

Ni siquiera puedo describirlo...

Y menos cuando aquel día en una fiesta estuve con ella,  cuando un tipo la dejó insatisfecha, tan estúpido.

Tengo que concentrarme, con solo recordar su suaves gemidos en mi hombro, hace que mi erección comience a crecer.

—Bueno para que me llamaste padre —él me mira y sonríe.

—Seré directo, quiero que seas el tutor de Abigail —Mierda está no me la esperaba... es sensacional.

—Por supuesto padre, claro que seré el tutor de la señorita Scott—intento decirle serio pero en mi interior hay dragones jugando.

—Perfecto, ese era el trato —dice un poco nervioso y se que es que algo sucede.

—Bueno nosotros nos retiramos —dice el Señor Scott se acerca y me da la mano, yo le respondí.

—Hasta pronto señor Stone —se despide ella y me da un beso en la mejilla algo que si tenía dragones jugando ahora tengo una guerra dentro de mi estómago.

—Dime Ashton —ella asiente sonriente y con un levé rubor en sus perfectas mejillas.

— Soy Abby para ti —asiento con la misma actitud.

Veo como su padre abre la puerta de la oficina y salen por ella.

—Ashton —mi padre me llama y se que es por lo que estaba nervioso.

— Si, que pasa? —se dirige a el sofá y se sienta.

—Necesito que me prometas algo —asentí.

—Lo que sea —digo sin prestarle atención. Era mi héroe lo que sea por él.

—¿Lo que sea? —asiento.

—Sobre el contrato de ser el tutor de Señorita Abigail... —Ahora si presto mi total atención, es sobre ella.

—¿Que pasa papá?

—No puedes tener sentimientos hacia ella, eso es parte de el contrato —agacha la cabeza y eso era por lo que estaba nervioso por qué sabe que ella me interesa.

— Eso es difícil... de cumplir tú sabes por lo que pase estos dos años papá y ahora que tengo la oportunidad me dices que firmaste un contrato donde yo soy su tutor y no puedo tener sentimientos hacia ella, donde siempre los tuve y los tendré —respiré profundo—. ¿En que estabas pensando? —alzo la voz ya que me enoja lo que el está diciendo por qué es... absurdo.

—Es que es por el bien de la empresa y tú lo sabes —lo sabía pero no es su culpa

—Lo se pero no es para que también mis sentimientos estén en un contrato, eso no es un juego y tú también lo sabes perfectamente —agacha la cabeza por qué sabe que tengo razón.

—Lo siento pero ya lo firme y tenemos que cumplir —eso me enoja más.

—Puedes tener presente que yo no lo firme ese contrato por lo tanto entonses no cumpliré —y sin más salí de la oficina de mi padre.

Eso me da mucho enojo, estaba entre mis sentimientos y un contrato.

Odiaba está así ya que tendría que comportarme de forma fría y sin sentimientos solo por el bien de la empresa cosa que me es díficil ya que ella tiene mi corazón, cuerpo y mente.

Ella me puede dominar a su antojo pero yo voy a demostrar que los sentimientos valen más que un contrato por dinero y poder.

Demonios y no solo eso sí no la iba a conquistar por qué la quería para mi por qué con solo una mirada me podía derribar todo lo que había logrado construir en todo este tiempo.

El color de la vida © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora