🌟CAPÍTULO XVI🌟

97 5 0
                                    

Los recuerdos me atormentan en los sueños, tenía pesadillas en las que solo miraba y no hacía nada para salvar a mi padre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los recuerdos me atormentan en los sueños, tenía pesadillas en las que solo miraba y no hacía nada para salvar a mi padre.

Joder ¿que sucedía?

Sucedía que no podía dejarlo ir...

*****

«—¡Papi! —corrí hacia él. Venía de un viaje de dos meces, fue tan largo. Quería jugar con él. Mamá era era algo aburrida.

—¡Ese es mi campeón! —me alzó al aire para darme vueltas, yo reía como un completo desquiciado, estaba feliz.

—¡Vamos a jugar! —grité entusiasta al verlo sonreí, él asintió.»

«—¿Cuanto es 34 multiplicado por 6? —preguntó papá y yo me quedé pensativo.

—Son... ¡204!

—Que inteligentes mi príncipe —sonreí.»

«—¡Papá tendré una hermanita! —grité eufórico, estaba tan alegre—. ¡Una pequeña hermanita!

—¡Si mi pequeño! —revoloteó mi cabello—. Mira a la pequeña Ashley la vamos a cuidar ¿ok?

Fruncí mi ceño sin entenderlo.

—¿De qué? —el rió.

—De todos esos chicos que quieran acercarse a nuestra pequeña princesa —allí entendí a la perfección—. Por qué no quieres que nadie se pase besuqueando a Ashley por allí ¿verdad?

—¡No! —hice una mueca de asco—. ¡Virgen hasta los 40!

—¡Eso es!

—¡Hasta los 40! —gritó Liam desde el piso de arriba. Nosotros reímos. »

*****

—¡Ashton! —gritaron a mi lado.

Abrí mis ojos rápidamente, el sudor y mi respiración agitada, me detienen a aferrarme a lo primero que veo, Abby.

La abrazo como si mi vida dependiera de ello, la senté en mi regazo y allí pasamos varios minutos en silencio. Mi cabeza estaba en su cuello, respiraba su aroma tan dulce y específico de ella. Era casi como mi oxígeno. La necesidad de tenerla aquí conmigo. No me perdonaba todavía que la había hecho llorar días atrás.

Idiota. Un completo idiota.

—¿Está bien cielo? —susurró en mi oído, su dulce voz me reconfortaba tanto, que no sabía al magnitud de la la situación—. Quiero que seas sincero, mi amor.

Sin dudarlo respondí, asintiendo con la cabeza.

—Tengo pesadillas con papá —fruncí el ceño—. No son pesadillas son más como... recuerdos.

El color de la vida © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora