No había dormido nada, tenía horas de estar mirando a Ashton dormir, tenía miedo, miedo a que se fuera. A que me dejara.
Sinceramente no me había sentido así desde... desde nunca. El se había vuelto más que una simple persona.
El movimiento a mi lado, me hizo volver a la realidad, cerré mis ojos haciéndome la dormida pero sentí su respiración mas cerca de mí rostro, estaba tan nerviosa que mi respiración se volvió más pesada y entrecortada, no sabía si eso despertó a Ashton ya que él me tocó suavemente el brazo.
—Abby, pequeña —susurró con voz grave y áspera por estar durmiendo, yo por mi parte mantuve mis ojos cerrados, hasta que me hablara una vez más—. Abby.
Abrí mis ojos y vi su perfilada cara, que estaba empezando a enamorarme y sí, no lo negaba. Ashton despertaba en mí cosas que otras personas no. Me estaba enamorando y no me arrepentía.
—Ash —susurré imitándolo—.¿Sucede algo?
Él miró su celular que descansaba en la mesita de noche, este estaba encendido y con un mensaje en la pantalla. ¿Estaba insinuando que lo apagara?. Sin siquiera medirlo, me levanté y lo agarré, no me sorprendió ver la expresión de Ashton, se veía confundido y extrañado por mi actitud.
Al ver el mensaje, mi respiración y mis ojos se nublaron.
«¿Volverás?, quiero volver a verte, te extraño mucho. ATT: Ashley»
Lancé el celular al otro lado de la habitación, algo que instintivamente sorprendió a Ashton.
Sentía mis mejillas repletas de lágrimas, quería gritar, quebrar algo.
—¿Estas bien? —preguntó en susurro.
—¿Q-quién es A-Ashley? —pregunté con mi entrecortada voz.
Sus ojos sé abrieron y me miraron con miedo, a cualquier movimiento que hiciera. Estaba preocupado, no por él, sino por mí.
—¡¿Quién es Ashley?! —brame furiosa segundos después.
Él siguió sin responder, me estaba ahogando con mis propias palabras, no quería que respondiera pero a la vez quería que lo hiciera.
—¡Responde maldita sea! —hablo entre lágrimas, que no paran de salir.
Él se levantó de la cama e intentó agarrar mi brazo, que no estaba apoyado en la pared.
—Abby... tengo que...
—¡Me engañaste! ¡Me mentiste! —grité—. ¡Eres un maldito mentiroso!
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El color de la vida © ✔️
Teen FictionElla era la chica alegre, extrovertida, chistosa y juguetona. Hasta que sucedió el incidente... Pero en todo cuento tiene su príncipe ¿No? Él le devuelve los hermosos colores de la vida, por que, en todo caso: -En la tristeza, hay alegría...-susurr...