Ella era la chica alegre, extrovertida, chistosa y juguetona.
Hasta que sucedió el incidente...
Pero en todo cuento tiene su príncipe ¿No?
Él le devuelve los hermosos colores de la vida, por que, en todo caso:
-En la tristeza, hay alegría...-susurr...
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Estábamos sentados en un café, el frío estaba fatal, necesitaba un respiro y vinimos aquí.
A la cafetería que estaba en frente de nuestra empresa, mi secretaria seguía llamando, y yo solamente la ignoraba.
—Tal vez sea algo importante amor —dijo mirando mi celular en la mesa.
—Mierda —voltee los ojos—. Lo único que quería era tomarme un jodido café en paz.
Entonces contesté.
—Diga
—¡Señor Stone! ¡Al fin contesta!
—Si Jordana, ¿que sucede?
—Es sobre el padre de su prometida...
*****
Para cuando llegamos al hospital, hay varías personas no muy conocidas para mí, reconozco a la abuela y al hermano mayor de Mark.
Pero hay tres personas más; dos chicos y una chica. Esta última es muy parecida a padre de Abby, supongo es algún familiar.
Camino agarrando la cintura de Abby que estas sigue sollozando, pero en silencio. Sabía que estoy largaría tarde o temprano pero jamás pensamos que sería tan pronto.
Abby al percatarse de las personas que están en el pasillo donde se encuentra su padre, se tensa.
—¿Que mierda hacen ustedes aquí? —suelta de pronto.
—Abby... —suelta la chica y la señora solo se le queda mirando con nostalgia.
Abigail gruñe.
—No me llames Abby, mi nombre es Abigail Scott para ti, Malena —suelta con amargura en su voz. ¿Que sucede?
—Pero... —vuelve a intentar la chica.
Y de la nada Abigail explotó.
—¡Pudrete! ¡Te quiero fuera de aquí!
—¡Pero es mi hermano! —gritó la chica.
—¿Ah sí? ¿Ahora es tu hermano? ¡No decías eso cuando lo estafabas! ¡Y todo por dárselo al idiota de tu exmarido! —bramó Abigail—. ¿Y todo eso para qué? ¡¿Para qué?! ¡Te quiero largo de nosotros!
Le tome el brazo y la sostuve para que no se fuera encima de la chica.
—Abby tranquilízate —intenté hablar.
—¡No! —me gritó—. ¡La que tiene que irse es ella!
—¡No lo hice por que quería! —bramó la hermana del padre de mi prometida—. ¡Él me obligaba Ellie! ¡Y no podía decirle que no! ¡Dijo que mataría a nuestro bebé, sino lo hacía!
