❛ Capítulo uno ❜

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[Las faltas ortográficas las corregiré luego, besos gente que shippea a dos píxeles que nunca internactuaron]

Era un día normal en Karmaland, por ahora no había absolutamente nadie explotando casas o trolleando a alguien, tampoco había meteoritos cerca, y la puerta de Vegetta se encontraba intacta por ahora.

Auron se encontraba en su casa totalmente aburrido mientras miraba las cosas en sus cofres, sorprendiéndose de algunas que ni siquiera sabia que tenia. Una vez terminó aquella acción, tomó a su chocobo y comenzó a pasear por parte de su zona que desconocía, cuidando que no sobrepasara los límites que los Dioses habían puesto.

Auron: Que lindo bioma eh.

Y así era, era como una fusión entre él bioma normal de Karmaland y él de su casa, algo como Otoño.
Siguió paseando, totalmente hipnotizado por aquel bonito lugar, hasta que su mirada fue rápidamente hasta una persona frente a un chocobo color dorado, idéntico a él, que no parecía ser un NPC.

???: ¿¡Cómo coño hago para montarte!? –gritó con aquella voz tan gruesa, haciendo al de mechón dorado temblar, nadie en Karmaland tenia tal voz penetrante.–

Aquel sujeto tan solo guardó su pico de madera donde sus otras herramientas del mismo material, y prosiguió por meterle un puñetazo a aquel animal, seguro de que funcionaria. Pero lo único que pasó, fue que éste comenzaría a picotear su cabeza sin parar, claramente ofendido.

Auron tan solo río a carcajadas por aquella escena, llamando tanto la atención del sujeto como la del chocobo que lo estaba atacando hace unos segundos.

— ¡Hey tu! ¿De qué coño te ríes? –gritó apuntándolo con su espada.–

Auron: veo que eres nuevo –sonrió abiertamente, acercándose con su chocobo.– dándole puñetazos es obvio que no se dejará montar, ¿sabes?

— ¿Ah si? ¿y tú como sabes, capullo? –sonrió amargadamente, observándolo fijo. Hace unos minutos había paseado por una aldea, robando comida y cosas así. Lo que le hizo darse cuenta que ese chico, y esos aldeanos no tenían nada de parecido.–

Auron: pues fácil –apuntó a su majestuoso chocobo blanco.– te ayudaré, debes darle esto hasta que deje de tener esa mirada de asco total hacia ti. –de su mochila, sacó varios "frutos", que tiró frente suyo.–

— ¿Quién dijo que queria tu maldita ayuda? –dijo entredientes.–

Auron: como quieras, te dejo eso ahí –dió la vuelta con su chocobo– ah cierto, ten cuidado, literalmente TODOS están locos buscando ese chocobo dorado, tuviste suerte de que yo te viera, porque si hubiera sido otro, no habría dudado en matarte y robartelo, besos. –siguió su camino por donde había salido, pero lo único que hizo fue volar y escabullirse en uno de los arboles.–

— puto desconocido de los cojones. –agarró la fruta, mirándola con desconfianza, hasta que vio como él chocobo se acercaba.–

Ese mismo día, Auron no dejó de espiar a aquel chico de cabello castaño y chaqueta color azul.
Y ese chico, llamado Reborn, tuvo a su primer Chocobo.

¡El Reborn pa' mi! [Rebornplay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora