Un dia con el omega

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—¡Cariño! Ven a desayunar —grito la madre del peliplata desde abajo. El menor de sus hijos rara vez se despertaba tarde.

—¡Mamá! —al parecer el no acababa de despertar, es mas ya estaba listo, aunque su mirada estaba algo triste y tenia los ojos llorosos —¡Mami el no me ama!

—¿Ese japonés del cual nos hablaste la otra vez? —preguntó consolando a su hijo

—Si, a pesar de todo el esfuerzo que hago, siempre que me acerco el se aleja. ¡Me odia! —escondió su rostro en el cuerpo de su madre —Ya no se que más hacer...

—¿Acaso no te conté como nos enamoramos yo y tu padre?

—Si, tu estabas enamorado de él, pero como eras muy tímida siempre te ponías nerviosa estando cerca de el y te alejabas cuando el aparecía —contestó el platinado

—Si, luego... Se me declaró a los dos meses... Y nos casamos, tuvimos tres bellos hijos y estamos viviendo felices

—¡Lo haces ver muy fácil! —le reclamó a la mayor y esta río por la actitud infantil de su hijo.

—Hable ayer con tus hermanos, te extrañan mucho en Rusia.

—Mamá, si vine aquí fue para perfeccionar mi inglés y tu y papi me siguieron porque pensaron que haría algo malo.

—Si es verdad. Pero aún no nos decepcionas —beso la frente de su hijo —Ahora vamos a desayunar.

(...)

Al acabar de desayunar, el simplemente tomo sus cosas y se fue directo a la universidad, no era algo típico de el llegar tarde. Allí en ese lugar había conocido mucha gente y de todas partes del mundo.

—¡Chris! —sorprendió a su amigo apenas lo vio.

—¡Victor te e dicho que dejes de hacer eso! —reclamo un suizo omega bastante asustado por la acción del peliplata.

—No seas aburrido

Eres un tontosoltó en francés para que su amigo no lo entendiera ya que este no sabia mucho de ese idioma.

—No se que dijiste concretamente pero se que tiene la palabra tonto incluido —le sacó la lengua infantilmente.

—Como sea, ¿Como va tu plan de conquista hacia Yuuri Katsuki? —preguntó muy curioso.

—Eh... Va muy bien —alzó en pulgar en señal de aprobación y fingió una sonrisa.

—... Aún nada ¿Verdad?

—¡Si! ¡Tengo tanta rabia! Cada vez que me acerco a él ¡Huye! Pero cuando ese moreno y esa gata teñida se le acercan ¡Incluso le besa la frente!. ¿Soy feo? ¿Es porque soy ruso? ¿Sera que no le gustan los albinos o piensa que porque tengo este color de cabello soy mas viejo que él? —empezó a tener una crisis.

—Victor, no eres feo, es más, tú bien sabes que eres el omega mas codiciado del lugar. En segundo lugar, los rusos o albinos tienen una belleza única, y por último nadie de aquí tiene el cabello plateado. Eres una rara joya —le dio ánimos al omega.

—Tienes razón, ¡hoy debo decirle que me gusta! —se propuso como meta del día (por milésima vez) declararse al alfa japonés.

(...)

Narra Victor:

Al fin después de tantos intentos trataré de decirle a Yuuri que me gusta y que quiero casarme con él (Ok no por ahora, pero si en un futuro). Para eso debo ver donde esta en estos momentos, y como buen pretendiente (acosador) que soy, se que esta con esa rata morena.

Desconocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora