Tal vez los vasitos con Vodka me estaban haciendo efecto ya. O tal vez era el hecho de que de cerca podía ver los ojos de Zack.Sus ojos grises estaban brillando con una intensidad que me dejaba sin palabras.
—¿Huh?
Muy inteligente, Eli. Eres toda una campeona.
La sonrisa en su cara se ensanchó más hasta que esos hoyuelos que lo hacían ver tan lindo me saludaron —. ¿Te quedaste sin palabras?
¿Podía leer mi mente o qué?
—Claro que no —. Mi voz salió un poco inestable, y me odié por eso.
—¿Entonces, bailamos?
No sabía si iba a sobrevivir a un baile con él. Pero lo que sea.
Asentí.
—Vamos, Stellina —. Cogió mi mano y nos condujo entre la gente que bailaba en el centro del lugar.
El lugar se llenó con unos ritmos alegres y rápidos. Salsa cubana sonaba por todo el lugar.
Zack cogió una de mis manos y la otra se trasladó a mi cintura. Me miró a los ojos como si estuviera pidiendo permiso para tocarme.
Creo que encontró la respuesta que buscaba en los míos porque me apegó a su pecho con una sonrisa. No quedaba mucho espacio entre nuestros cuerpos, y la verdad no me importaba.
—¿Sabes bailar salsa? —. Le pregunté.
Nos movimos en sintonía y me hizo girar con destreza.
Los hombres que sabían bailar tenían mi corazón.
Me guiñó un ojo —. La pregunta es, ¿Tú sabes?
Me reí.
—Trata de seguirme el ritmo, Stellina.
Oh, claro que lo haría.
La madre de Lía me había enseñado a bailar salsa. Al principio me resistí; no le veía el caso aprender a bailar, pero ahora le daba gracias a la señora Victoria por insistir en todas las fiestas.
—Trata de seguir el mío, hoyuelos.
Bailar con Zack fue muy divertido, nunca me había sentido tan cómoda bailando con alguien; se sentía natural con él. Pero también fue muy intenso. Cada vez que apoyaba su cabeza cerca de mi hombro y su aliento me hacía cosquillas en la nuca, pensé que me iba a dar un ataque al corazón.
¿Y porque tenía que oler tan malditamente bien?, No sabía que perfume usaba, pero me iba a comprar como cien botellas de eso.
Bailamos tres canciones seguidas — sí las conté —, a veces perdiendo el ritmo y riéndonos. Zack no me hacía sentía avergonzada cuando eso pasaba.
Cuando no pude más le hice una seña a Zack para volver a la mesa.
Cuando llegamos vimos que estaba casi vacía a excepción de Izan y Alexa.
Estos dos estaban hablando de algo y riéndose como dos adolescentes. Ni siquiera se fijaron en nosotros cuando llegamos a ellos.
Interesante.
—No sabía que podías bailar así, Elizabeth —. Dijo Izan parando de reír y quitando su mirada de Alexa.
—Yo tampoco, Stellina —. Zack se sentó a mi lado.
- Soy una caja de sorpresas. ¿Dónde están los demás?
—Oli fue al baño, Dylan y Lía estaban bailando y Blake se perdió hace rato. -Alexa se pasó una mano por su pelo rubio.
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Bajo mi piel✔️
RomanceElizabeth Hill tiene claro lo que desea en su vida: ayudar a los niños del orfanato a conseguir un hogar, desayunar con sus mejores amigos todos los miércoles y conservar la poca familia que le queda. Zack Jensen no necesita más en su vida que el bo...