El sonido de un grito me despertó del maravilloso sueño que estaba teniendo con Bruno Mars. Todo mi cuerpo se puso en alerta. No había nadie al otro lado de mi cama, sólo había un montón de almohadas regadas por el piso y las sábanas enredadas en mis pies.
¿No podía haberme despertado en el pecho de Zack con él abrazándome?
Espera... ¿Y si había soñado ese beso con Zack y en realidad durmió en el sofá toda la noche?
Zack no estaba en mi cama, y al parecer tampoco en mi baño porque no escuchaba el sonido de la ducha.
Otro grito para nada masculino se volvió a escuchar por toda la casa, y me levanté rápidamente cogiendo un zapato en el camino para dirigirme hasta la cocina.
Tal vez todavía estaba dormida y Bruno aparecería en cualquier momento, o había tomado demasiada medicina para el dolor, porque mis ojos estaban viendo a Dylan en los brazos de Zack como si fueran recién casados.
Apunté mi zapato hacia Dylan.
—¿Qué están haciendo ustedes dos? —. Los dos hombres tenían escrito “miedo” en toda su cara.
—¡Eli, hay una araña gigante en la cocina! , tenemos que salir de aquí, ahora — mi hermano se bajó de Zack para agarrarme por los hombros — Hay que mudarnos, cambiar de nombres, maldición, podría llamarme Willy... — estaba como loco dando vueltas mientras inspeccionaba la cocina.
Miré confundida a un Zack somnoliento —. ¿Por qué no la mataste?
—Porque podría haberme comido, no la has visto, es aterradora — se estremeció —. Dylan me despertó con sus gritos, no sé cómo no te levantaron a ti también.
—Tuve un buen sueño —. Dije.
—Lo noté, no dejabas de murmurar algo como “Oh, Bruno eres tan lindo” — hizo una mala imitación de mi voz, toda aguda y chillona — “Podría comerte como a un pastelito”.
Lo empujé mientras él solamente se reía. — Yo no hablo así — dije — ¿Me estabas espiando mientras dormía o algo?
—No lo hice — dio un gran bostezo mientras recorría la cocina junto con Dylan —. Tú simplemente te acercaste a mí dormida y empezaste a hablar.
Qué vergüenza.
Gracias a Jesucristo que no soñé con él, porque quien sabe que cosas saldrían de mi boca dormida.
Dylan y Zack seguían buscando la supuesta araña gigante que deseaba comérselos para el almuerzo, y el sueño que traía ya se me había quitado gracias al grito de niña de mi hermano.
Cuando vieron que su enemiga había desaparecido mágicamente se chocaron los cinco como si hubieran hecho la tarea del día.
Antes de poder decir algo ví como una araña muy pequeña colgaba del techo lentamente, hasta que terminó en el pelo rizado de mi hermano.
—Dylan...no te muevas —. Me moví lentamente hacia él mientras alzaba el zapato en mi mano.
—¿Por qué? ¿Qué tengo? — se empezó a horrorizar mientras se alejaba de mí a cada paso que daba — ¿Qué- qué tengo? ¿Es el monstruo?
El monstruo era una pequeña araña indefensa en el pelo de Dylan, que se asomó un poco más cómo diciendo: “¡Sorpresa! A que no te la esperabas”
—Quédate quieto — pero él era demasiado terco y no hacía nada más que moverse hasta que se tocó su pelo, y soltando un grito agudo empezó a sacudir la cabeza , la pobre araña voló.

ESTÁS LEYENDO
Bajo mi piel✔️
RomanceElizabeth Hill tiene claro lo que desea en su vida: ayudar a los niños del orfanato a conseguir un hogar, desayunar con sus mejores amigos todos los miércoles y conservar la poca familia que le queda. Zack Jensen no necesita más en su vida que el bo...