Yagi observó a su esposa que respiraba tranquilamente a su lado mientras exhalaba e inhalaba suavemente mostrando lo dormida y cansada que se encontraba.
La pobre mujer había llorado tanto que hasta el contorno de los ojos había tomado un tono rojizo por las lagrimas.
Luego de que había regañado a Izuku y de paso llorado por el incidente, había quedado más que claro que ahora el chico debía de tomar la calle central para llegar hasta su casa, le tomará unos veinte minutos más, pero sería más seguro.
Ahora no había atajos que valiera.
Izuku no quiso preocupar más a su pobre madre. Así que asintiendo a todas las demandas pudo lograr que ella se calmara y quedase dormida en los hombros de su padre que seguía despierto y viéndolo con todo el cariño y orgullo que un padre podía tener.
¿Podía ser más afortunado?
— Ya sabes como es tu madre, trata de no preocuparla demasiado de ahora en adelante Izuku — le recomendó sonriendo mientras acariciaba la cabeza de su esposa, ella se acomodo más en su regazo.
— Si lo se, lo siento por esto padre, yo... —
— Ya quedó claro que no fue tu culpa, luego de que te den el alta iremos a poner una denuncia — afirmó el mayor con tono autoritario.
Izuku no se opuso a ello, esperaba que quien fuera el ladrón no le hiciera eso que le hizo a él a otra indefensa persona.
Cuando pensó en ello también le vino a la mente su salvador, ¿quién había sido? ¿Porque lo había salvado?
No habia respuestas claras a ello. Solo una basta laguna mental y un enorme agradecimiento que llenaba su pecho cada vez que pensaba en el asunto.
La enfermera solo le había podido dar unos cuantos detalles de cómo se veía, tenía un cabello bicolor y además de su altura poseía un aura intimidante pero llamativa.
¿Donde encontraría a alguien con esas características?
Además ¿Que le aseguraba que podría encontrarlo en una ciudad tan grande?
Suspiro sin mucho ánimo al saber que había muy pocas probabilidades de encontrarselo de nuevo.
— Te ves abatido, ¿hay algo que te moleste? — su padre era tan observador como él, sonrió un poco y asintió.
— Me hubiera gustado saber quien fue mi salvador, para agradecerle claro esta — sus mejillas tomaron un tono carmín y su padre se rio por su expresión.
— Sabes que no nos molesta en absoluto tus preferencias hijo, aunque enamorarte de un Salvador que no conoces parece algo demasiado cliché —
Izuku no pudo negar eso.
— Si lo se, aunque espero que en algún momento el destino nos dé la oportunidad de vernos, en verdad quiero agradecerle su bondad — afirmó mostrando esa hermosa sonrisa heredada de su madre.
Yagi no dijo nada más. No era necesario. Si el destino así lo quería su hijo encontraría a la persona que lo ayudó.
Conversaron un poco más sobre algunas cosas y el tiempo pasó volando. La ventana cercana mostró el final del día con un hermoso atardecer, hojas que iban siendo llevadas por el suave viento y una brisa fresca que se colaba hasta su rostro brindándole un frescor único.
Izuku en verdad agradecía estar vivo.
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My Death Love [ShinKami]
Hayran KurguEn sus novecientos años Hitoshi Shinsou jamás pensó cuestionarse algo tan simple y vano como los sentimientos, pues ser un ángel de la muerte y tener un trabajo con miles de años de experiencia le habían dejado más que seco. Pero en algún momento si...