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- Es lo que me estás haciendo pensar

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- Es lo que me estás haciendo pensar. Me confundes, Wyatt. Hasta ayer todo estaba bien entre nosotros. Casi me besas, pero tu hermana te llama. Hoy en la mañana estabas normal, como si nada hubiera pasado. Luego, me evitas y me entero que peleaste con tu hermana, y que fue por mi culpa.

- ¿Piensas que fue un error? - Ignoró lo que dije de su hermana.

- ¿Si quiera estás escuchándome? Somos amigos. Si lo de ayer solo fue un impulso, podías hablarlo conmigo y no huir de mí.

- ¡No fue un impulso y ya!

- Entonces deja de actuar como si lo hubiera sido. - Estaba tan dolida con lo de Wyatt, que casi olvidaba la razón por la que lo buscaba. - Eso no importa ahora. ¿Qué te pasa con tú hermana?

- ¿Y te quejabas de que yo te evitaba? Tú estas cambiando el tema.

- Yo no estoy escapando de ti.

- Pero estás escapando del tema.

- Porque me preocupa lo que está pasando entre tú hermana y tú.

- Es un tema de hermanos. Bo tiene que importarte. - Estábamos actuando igual que cuando nos conocimos.

- Si me importa porque los dos son mis amigos.

- No te metas, Olivia.

- Deja de ser... así. - Moví mis brazos exageradamente.

- ¿Así cómo?

- Como si no te importara.

- Es que no me importa. Y lo siento, pero así soy yo. Si no te gusta, te puedes ir y dejarme en paz. - Me estaba mintiendo. Lo sabía. Lo que dijo me desconcertó y me enojó. Lo tomé bruscamente del brazo, y al instante me arrepentí. - Tú mano está mal, Liv. ¿Por qué lo hiciste?

Su voz se había suavizado, al igual que su mirada.

- Porque no me gusta ver que estés enojado con tú hermana. Tienes la suerte de tenerla contigo. De que, en sí, su relación sea buena. Tienes mucho tiempo para pasar con ella, y lo estás desaprovechando en peleas absurdas. Yo daría lo que fuera por tener a mi hermano con vida y que nos lleváramos la mitad de bien que ustedes. Me siento culpable, por mí, mi hermano está muerto, y, por mi, ustedes están así. - Le solté sin más, dejándolo helado.

- Creí que solo era por lo de ayer...

- Esto es más importante, Wyatt. - Le dije con un leve tono súplica. - Acompáñame al gimnasio, por favor.

- Como quieras. - Dijo en un suspiro.

Los dos nos fuimos hasta el gimnasio en silencio, sin mirarnos. Conforme nos acercábamos se podían escucharlos gritos de Willa.

- Wynter, ya déjame salir. - En ese momento sus gritos cesaron, y su mirada se clavó en nosotros. - ¿Qué hace el aquí?

- Denme un segundo. Recuerden que son familia y no se pueden matar. - Wynter me empujó hasta la puerta. Luego me susurró. - Yo me encargo. Tú tranquila.

Me vi obligada a irme. Esperaba que todo saliera bien.

No vi a los lobos en el resto de las clases. No estaba Wynter, no estaba Willa y tampoco Wyatt.
Como no podía ir al ensayo de animadores, porque sino Bucky era capaz de hacerme ensayar, decidí quedarme en el jardín. Había sacado un libro de la biblioteca. Edgar Allan Poe, él sí que sabía cómo meterte a fondo en un libro, tanto que podías sentir un escalofrío cada vez leía alguna de sus historias.

Estaba metida en uno de los cuentos. El tipo sí que era bueno escribiendo terror.

- Liv. - La voz de Wyatt me asustó, haciendo que soltara el libro. - Tranquila, no te voy a hacer nada. - Dijo mientras se sentaba a mi lado, ambos estábamos en el suelo, en medio del césped, cerca de unos árboles.

- Estaba leyendo un libro de terror y tú, llegas de la nada.

- ¿Qué decía?

- El tipo le quitó un ojo a su gato, solo porque lo "esquivó".

- ¿Qué clase de libros lees?

- Escuchaste cuando dije terror. ¿Verdad? - Le dije obvia. - Pero, bueno. ¿Qué pasó?

- Quería disculparme y agradecerte. Tenías razón, no tenía que haberte evitado, ni haberte tratado así. Y gracias a ti y a Wynter, todo quedó aclarado con mi hermana.

- No te preocupes. Fue un placer. Aunque, podrías compensarme contándome que pasó.

Él sonrió nervioso y asintió.

- Luego de que me llamara, fui a la guarida. Ella estaba nerviosa y preocupada por ti. Yo estaba enojado. Ella me preguntó qué tal estabas. Yo empecé a recriminarla. Me prometió que te cuidaría, pero no fue así. - Señaló mi brazo y mi muñeca - Ella se defendió diciendo que no era su culpa, que eran situaciones que no podía prevenir. Terminamos sacando en cara cosas del pasado...

- Que también tenían que ver conmigo. ¿Verdad?

- Sí.... Ella dijo que yo puse en peligro a la manada cuando empecé a llevarme bien contigo. Yo le dije que no siempre se iba a tratar de la manada, y que no era mi culpa que ella no encontrará a una persona importante para ella, como tú lo eres para mí... Y muchas cosas más. La pelea fue tan fuerte que la manada ni siquiera se asomaba a ver lo que pasaba. Estábamos totalmente fuera de control. Hasta que Wynter se enojó también. Empezó a gritarnos, pero le gritamos que se callara y no se metiera. Ella se enojó más y llamó a los adultos de la manada para que se encargarán de nosotros. Y, sí, ya nos discúlpanos con ella también. - Explicó antes de que le preguntara.

- Lamento los problemas que causé. Yo no pensé que habría tanto caos, porque una vampira y un hombre lobo se llevarán bien.

- Ya no eres vampira. Es lo importante. Y te pude conocer. Eso también es importante. Willa dijo todo eso porque estaba enojada, en realidad le caes muy bien. Creo que te quiere más que a mí.

- No es verdad. Son hermanos y son lobos. Sus familias son lo más importante para ustedes.

- Eres increíble. Jamás voy a dejar de decirlo.

- Gracias. Aunque no me siento así. - Nos quedamos unos minutos en silencio, hasta que él suspiró.

- Hay algo más que quiero decirte.

- Adelante. - Se giró, para quedar cara a cara.

- Lo de ayer, lo del casi beso. No fue un impulso... o sea sí... pero no. - Lo miré confundida. - Yo no... no lo hice al propósito. Era como si mi cuerpo se moviera solo, pero en verdad quería que pasara. Si Willa no me hubiera llamado, yo... hubiera estado encantado de que sucediera. - Conforme hablaba, iba acercando su rostro al mío y bajando el volumen de su voz.

Cuando terminó, su voz era un susurró y su aliento chocaba con mis labios. Ese lobo sabía cómo ponerme nerviosa.
Su mirada viajaba desde mis ojos hasta mis labios, para luego volver a mis ojos. Estuvimos un buen rato así, hasta que pasó.

 Estuvimos un buen rato así, hasta que pasó

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Zombies 2.5: volviendo a la vida - Wyatt y Tú - (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora