Luego de un caótico fin de año escolar. Los vampiros aún no capturaron a Víctor, y perdieron a una de ellos. ¿O tal vez no?
Wyatt se siente culpable, y tiene la necesidad de buscarla. ¿Encontrará lo que esperaba?
Tal vez no todas las historias eran...
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Me había costado mucho despegarme de las sábanas ese día. Y como le dije a Wyatt, tenía unas ligeras ojeras. Por suerte. Luego de una ducha helada, un poco de café y azúcar, ya estaba mucho más despierta. Seguía cansada, pero ya estaba despierta. Como no iba a entrenar con el equipo de animadores, decidí no ponerme el uniforme y, obviamente, cubrir las ojeras con maquillaje.
Cuando llegué a la preparatoria, empecé a guardar unas cosas en mi casillero, hasta que llegó Wyatt abrazándome. No me sorprendió. Los abrazos eran normales entre nosotros. Luego de una charla con las chicas, ellas se fueron a clases.
Wyatt estaba muy cansado, se notaba desde lejos. Me sentía un poco culpable por eso. Le ofrecí muchas soluciones, pero no quería aceptar alguna. Hasta que se me ocurrió algo, que, sabía, no iba a rechazar.
- ¿Qué es esto? - Preguntó mientras entrábamos.
- El ambiente de los animadores. Tengo entendido que Bucky casi siempre lo usaba. Pero como ahora es el presidente estudiantil, solo se usa cuando nos preparamos para algún evento, o cuando tenemos reuniones.
- ¿No nos dirán nada por estar aquí?
- ¿Te preocupa?
- La verdad... no.
Reí brevemente antes de sentarme en un sillón. Él me siguió y se sentó a mi lado.
- ¿Para qué me trajiste aquí? Si querías besarme solo tenías que decirlo.
Wyatt intento besarme, pero yo lo esquivé riendo.
- No te traje para eso. Aunque suena tentador.
- ¿Entonces?
- No quieres el maquillaje. - Él negó. - Tampoco el café. - Volvió a negar - ¿Entonces que te parece una siesta? Podrías descansar un poco.
- ¿Tú vienes incluida?
- Estás loco, eso queda claro. - Volví a reír.
- Ey, no me culpes. Estoy seguro que si pudiera dormir contigo, descansaría mejor. - Dijo seductoramente, mientras se acercaba a mí.
- Si me quedo contigo - Rocé nuestros labios, pero luego me alejé, dejándolo con las ganas. - no te dormirías.
- Se nota que tú también estas cansada. Toma la siesta conmigo.
- Yo no fui quien se quedó medio dormido en el pasillo, y por eso casi se cae.
- Touché. ¿Segura que con eso bastará? Suelo dormir mucho.
- Lo importante es que esa cara - Señalé su rostro - vuelva a su normalidad. Te ves super mal.
- Gracias. - Me dijo sarcásticamente.
- No me refiero a eso. - 0use mi mano en su cabello y empecé a acariciarlo. - Estás muy demacrado, y tus ojos... dejan en claro que no has dormido.
