Luego de un caótico fin de año escolar. Los vampiros aún no capturaron a Víctor, y perdieron a una de ellos. ¿O tal vez no?
Wyatt se siente culpable, y tiene la necesidad de buscarla. ¿Encontrará lo que esperaba?
Tal vez no todas las historias eran...
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Estaba nervioso, iba a ser la primera visita, oficial, de Liv a la guarida. Esperaba que saliera mejor que las primeras dos.
- ¿Por qué te pones así? Ya ha venido antes, y algunos lobos ya confían en ella.
- Las primeras veces fueron un poco desastrosas, Willa.
- Solo no la dejes sola. Ya ve a recogerla. Se te está haciendo tarde. - Me dio un leve empujón para que me fuera.
En el camino le escribí a Liv para que saliera. Tenía miedo de cómo reaccionaría los padres de Addison si iba a buscarla. Cuando llegué me quedé dando vueltas hasta que salió.
- Perdón por la demora. Dale no quería que saliera. - Dijo mientras me abrazaba.
- Tranquila. Vamos. - Ella sonrió y nos encaminamos al bosque.
- No sé porque siento que esto no va a salir bien.
- ¿Por qué lo dices?
- Solo es un presentimiento.
Cuando llegamos a la guarida, nadie dijo nada. Algunos aún la miraban con desconfianza, otros solo nos ignoraban, pero cierto cachorro no hizo ninguna de las dos.
- ¡Liv! - William se nos acercó. - Al fin viniste.
Los lobos que la miraban con desconfianza, estaban atentos a todos sus movimientos. Ella no sabía qué hacer. Me miró y yo asentí. Ella se agachó para quedar a la altura del cachorro y tomó sus manitos.
- Me alegra verte otra vez.
- Los otros cachorros quieren conocerte. Cuando les conté de ti, no creyeron que una chica como tú sea la novia de Wyatt.
Ella comenzó a reír.
- Eso me dolió.
- Es que jamás te habíamos visto con una chica.
- Y espero que solo me vean con ella. - Contesté señalando a Liv. - Te la presto después. Quiero enseñarle algo.
- Prometes que luego vas a venir conmigo, para que los demás cachorros te conozcan y vean que no estaba mintiendo.
- Claro. Obligaré a Wyatt a que me lleve con ustedes.
- Gracias. - El pequeño la abrazó.
Los lobos estaban por atacar, pero les hice señas de que se calmen. A regañadientes me hicieron caso.
- Liv, tenemos que ir. - Ella se separó del cachorro y se levantó.
- Nos vemos en otro momento. - Él le sonrió y se fue con los demás, mientras yo tomaba la mano de Liv. - Es muy tierno.
- Sí... ¿Quieres ver algo?
- Claro. - La llave a la parte superior de la guarida.
Desde ahí se podía ver todo el bosque y una parte de Seabrook y ciudad zombie.
