| Un poco de Confusión | ZhuiYi

18° ¿Sizhui?

"Ilusión"

El disparó dejo zumbando los oídos de Jingyi.

El disparó dejo un vacío en el estómago de Jingyi.

El disparó dio en el blanco.

— ¡¡AOI!!—

Tuvo que gritar desesperado, intentando safarse de esas cuerdas que lo mantenía a raya. Maldijo. Gritó y gritó llamando a su amiga.

Las lágrimas salían de sus ojos. Desesperación y angustia reflejaba sus acciones, sentía el dolor penetrándolo poco a poco. Se quedaba sin aliento, la garganta ardió pese a la herida anterior siguió gritando y llamando con todas sus fuerzas. La vio tirada en el suelo con un charco de sangre, sin respirar, sin mover ningún músculo. No respondía.

Y una vaso de agua cayó desde atrás.

Lo desataron.

— Deja de llorar— dijo el hombre.

Con las manos libres junto a los pies se abalanzó hacia la chica, no la tocó ni la llamó, la miró y vió la sangre manchando la desde el pecho hasta los pies. Su ropa estaba sucia, su cara estaba sucia, sus ojos cerrados y los labios sellados.

Lloró.

Se inclinó con fuerza gritando, llamándola, golpeando el suelo con su puño izquierdo, lastimando se el mismo.

Sintió la irá, la impotencia, la tristeza, el dolor en todo el cuerpo.

Dolía.

Dolía mucho.

Dejo fluir las lágrimas. El hombre no lo detuvo, lo observó y dejo que el hiciera lo que le plazca. Y eso hizo.

Solo pudo llorar y pedir perdón a la chica tirada en el suelo.

No fue su culpa, pero...

Lo sentía igual.

Golpeó y rasguñó su mano por la desesperación. Sollozó fuerte y un golpe en su nuca lo dejo inconscientemente.

¿Dónde estaba? ¿Preparatoria Gusu? ¿Abuelo Lan Qiren? ¿Mamá? ¿Papá? ¿Sizhui?

Sintió el cuerpo pesado. Sus piernas no respondían, estaba en una posición prometedora, sus manos atadas con una seda blanca encima de su cabeza, recostado boca arriba en una cama, sus tobillos fuertemente alzados con unas cadenas de metal. Se encontraba en un cuarto completamente rojo, habían velas encendidas junto a las sábanas de color carmesí. El vestía una especie de vestido rojo con nubes bordadas a los costados de sus mangas, sus pies desnudos tirados en la cama.

Las cadenas desaparecieron.

La seda que era blanco ahora era roja con bordados dorados.

¿Qué es esto?

Tan extraño y extravagante.

Escuchó pasos acercarse. Se levantó de un golpe, pero antes de salir corriendo una voz lo llamó.

— A-Yi—

Tan dulce y elegante. Esa voz lo llamó tan amorosamente desde el exterior del cuarto.

No entendía nada.

Sin embargo, respondió.

— ¿Sizhui?—

Una pequeña risa resonó en la habitación. La puerta deslizándose se escucho, y una persona ingresó.

Esa persona vestía de rojo, igual a él. Era alta y firme con un toque de elegancia y hermosura, sonríe amablemente mientras se acercaba a su persona. Se sentó en la esquina de la cama observándolo con detenimiento, sonrió muy feliz, mostrando sus dientes blancos y labios rosado pálido.