| Un poco de Confusión | ZhuiYi

31° EXTRA '' Jin Ling y Xue Yang''

"Psicópata romántico"

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Dedicado a Day-Up
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Sí.

Deseaba huir.

Ir lejos de esa ciudad para no volver a encontrar ese sentimiento torturoso en su pecho, olvidar la amargura de su garganta y estómago unirse en un movimiento.

Deseaba correr lejos.

Olvidar cada momento de amor.

¿Qué esperaba? ¿Ser el primero en su corazón?

Entonces, porque fue imposible.

Lo intento todo con frenesí, dejando a un lado su orgullo poderoso. Siguiendo instrucciones de revistas, de internet y libros, cosa que no haría él en ningún momento de su vida y tampoco mencionaría a nadie.

Pero, lo hizo.

Sacar las manos de su pantalón sería muy bueno. Dejar derramar las lágrimas relajaría sus músculos por segundos. Reclamarle a Wen Yuan por todo lo que tuvo que sufrir por conseguir el premio mayor. Gritarle en su cara lo estúpido e idiota que fue al usarle de esa manera, porqué sí, se sentía usado y desechado como un pañuelo viejo.

Y, comenzaba a odiar lo tonto que se ve en ese momento. Odiaba, ¡ODIABA CON TODA SU ALMA!

Desechado, desechado por uno mejor.

Cambiado, reemplazado de una repisa alta a una baja, donde cualquier puede coger y tirar a su antojo.

Realmente absurdo e imperdoneable.

¿Dónde quedó él? ¿Dónde se fue el Jin Ling seguro y orgulloso de si mismo? ¿Dónde? ¿Dónde?

Valía la pena preguntar algo tan tonto.

Conocía la respuesta, no obstante, había motivo para mencionarla en estás circunstancias tan castrátroficas que se dieron de un momento a otro por la separación de su corazón.

Tan insolente puede ser al perdonarlo sin un castigo adecuado, dejarlo ir sin una herida profunda, sin una cicatriz de recuerdo. ¡Qué bondadoso!

— E idiota.— sé dijo.

— Muy idiota.— susurró alguien a lado suyo.— Si fuera tú, él estaría bajo tierra bien escondido y muerto para poder encontrarlo. ¿Seguro que eres un Jin?

De tantas personas que pudo encontrar, ¿Por qué me tuviste que mandarme a la peor?

— Solo cállate, Xue Yang— gruñó Jin Ling. No estaba de buen humos para soportar las bromas de este sujeto, que solo piensa en matar y enterrar.

— ¡Me alágas! Llamándome por mi nombre en vez de esos apodos feos que inventas cada tiempo.— se burló el chico.

— Pierdete—

Volteó a verlo para matarlo con la mirada. Sin embargo, sintió su cuerpo sonrojado en un segundo.

¡¿Desde cuándo estaba TAN bueno ese idiota?!