Luna es una chica de clase casi baja. Pero el hecho de que no se puedan permitir comprarse regalos en navidad, no es el mayor de sus problemas, tiene cosas más importantes con las cuales lidiar, como su padre en la guerra o repentinos sentimientos h...
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𝒜𝓃𝓃𝑒 𝓌𝒾𝓉𝒽 𝒶𝓃 ℰ
Omnisciente
Luna y Sol despertaron con el alba del sol. Ya había pasado un año desde que se mudaron a Avonlea. Lamentablemente, George ya no estaba con ellas. No había muerto, pero estaba en la guerra, por lo que las cinco mujeres de la familia, vivían con un miedo constante a perder al hombre; hoy irían con Diana, que era su mejor amiga. Conocerían a la niña de los Cuthbert.
—Y recuerden...
—Sean amables y educadas —interrumpieron las gemelas a su madre
—Nos lo repites todo el tiempo, mamá —dijo Sol
—Como si fuéramos el terror encarnado —dijo Luna
—Casi —dijo la mujer—. Ya váyanse o llegarán tarde, adiós mis pedacitos de universo —dijo mientras las apretaba en un abrazo y besaba sus cabezas
—Adiós, mamá —contestaron las gemelas
Después, salieron de su casa y se fueron a la casa de los Barry. Cuando llegaron a la casa de los Barry, Luna y Sol entraron y dejaron sus abrigos y sombreros en el perchero que estaba en la entrada y se fueron con su amiga de vestido azul; después de varios minutos la madre de Diana llamo a las niñas para que esperaran afuera a la Sra. Cuthbert y a la niña que iba a venir con ella.
Después de un rato Marilla Cuthbert y una niña con un vestido cafe, y cabello pelirrojo se hicieron presentes
—Buenas tardes, Srta. Cuthbert —dijo la Sra. Barry con un sonrisa falsa
—Buenas trades, Sra. Barry
—Por favor, llámeme Eliza —le contesto la mujer—. Y ella debe ser Anne —dijo a lo que la pelirroja asintió levemente
-$Buenas tardes —dijeron Diana, Luna y Sol al mismo tiempo
La pelirroja volvió a asentir levemente
—Buenas tardes —dijo Minnie May
—Buenas tardes —contesto la pelirroja finalmente
La Sra. Barry miro a Anne de una forma tan desagradable que a las gemelas les dio asco, por lo que ambas compartieron una mirada de disgusto. Ambas sabían que en tan solo ese minuto de conocer a la pelirroja ya tenia mas de 100 prejuicios en contra de esta.
—Gracias por invitarnos Eliza —le dijo la Sra. Cuthbert
—Marilla, Anne vengan conmigo por favor
Todas las chicas entraron.
Después de que terminaran de tomar el te, Diana, Luna, Sol y Anne salieron a caminar. Las chicas empezaron a conversas y de un momento para el otro empezaron a hablar de la imaginación