Luna es una chica de clase casi baja. Pero el hecho de que no se puedan permitir comprarse regalos en navidad, no es el mayor de sus problemas, tiene cosas más importantes con las cuales lidiar, como su padre en la guerra o repentinos sentimientos h...
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Omnisciente
—Ycuando le propuso matrimonio a mi hermana Susan, dijo: "Mi padre puso la granja a mi nombre. ¿Que dices, querida niña, si nos casamos este otoño?" —les relataba Ruby. Diana la miraba con una sonrisa de fascinación. Anne y las gemelas, en cambio, la miraban con muecas—. ¿Habían oído algo así? —dijo
—¿"Querida niña"? —dijo Luna—. ¿Eso es todo?
—Tu lo dijiste, Lu. La llamo "querida niña" —dijo Diana
—Bueno, no se tu, pero si a mi me llamarán "querida niña" para proponerme matrimonio, saldría corriendo —le dijo Luna
—Esa propuesta es tan amorosa como cuando el señor Phillips pasa lista —dijo Anne
—Exacto —dijeron las gemelas—. Buen ejemplo
—Jane dice que Prissy cree que ocurrirá pronto —les contó Ruby
—¿El Sr. Phillips? ¿Ustedes se lo imaginan propínelo matrimonio o expresando algún sentimiento que no sea repugnancia? Porque yo no —dijo Sol
Las amigas rieron
Diana tomó las manos de Ruby
—Prissy, me dejas sin aliento —dijo la de azul—. Cásate conmigo, o moriré ahogado en mi amor por ti
Mientras las amigas fingían la que sería la propuesta de matrimonio de su profesor a su amiga, esta estaba pasando en realidad
—¿Me aceptas, mi queridísima Ruby? —dijo Diana
—No —dijo la rubia—. Pienso tener varios prometido y que me propongan varias veces para volver loco a Gilbert Nlytje antes de aceptarlo
Al escuchar el nombre del chico, la sonrisa de Luna se borró. Sin embargo, pronto fue substituida por otra sonrisa, solo que esta era falsa
—Tu turno, Anne —le dijo Luna
La pelirroja se levantó
—Por ti, construiré un castillo con cada ladrillo forjado en mi corazón con el fuego de mi extraordinario amor. ¿Adeptas este exquisito anillo de diamante? ¿Que dices?
—¡Si! —grito Luna
Las amigas rieron
(...)
—Lu, Sol, son tan dulces —les dijo Prissy a las gemelas mientras Luna le mostraba la moneda de seis peniques que le habían traído—. Gracias. Ahora tengo todo lo necesario para la boda perfecta.
—Prissy, ¿tienes velo de novia? —le preguntó Anne
—Usare el de mi madre. Es una tradición —contestó la chica
