Luna es una chica de clase casi baja. Pero el hecho de que no se puedan permitir comprarse regalos en navidad, no es el mayor de sus problemas, tiene cosas más importantes con las cuales lidiar, como su padre en la guerra o repentinos sentimientos h...
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Omnisciente
Luna, Sol, Anne y Diana corrían mientras reían para encontrarse con sus amigas. Ya había pasado un tiempo desde lo sucedido con Nate y el Sr. Dunlop. La nieve había empezado a caer y los abrigos empezaron a ser necesarios
—¿El aire tan fresco no les alimenta el corazón? —les preguntó Anne a sus tres amigas deteniendo su recorrido
—Por supuesto, con cada respiración me siento tan viva —exclamó Luna emocionada
—Es un día perfecto para un romance trágico —dijo la pelirroja
—Lord Tennyson estaría de acuerdo —dijo Luna
Las amigas volvieron a reír, y continuaron corriendo. Sin percatarse, de que Ruby y Jane estaban llegando al lugar
—La que interprete a Elaine debe acostarse en la balsa y flotar a Camelot mientras las demás lloran su muerte con dolor —les explico Anne cuando estaban enfrente de la balsa—. Es útil pensar en algo que nos ponga triste
—Tu debes ser Elaine, Anne —le dijo Luna
—Seria ridículo tener una Elaine pelirroja —dijo la chica—. Debería ser Ruby, pues tiene un hermoso cabello dorado. Y Elaine tenía todo su brillante cabello flotando en el agua
Las niñas rieron un poco
—Yo no podría —dijo la mencionada—. Me moriría de miedo al hacerme la muerta
—Bueno...en ese caso —dijo Anne—. Creo que la Elaine perfecta seria alguna de ustedes dos —les dijo a las gemelas—. Sus rizos son extremadamente encantadores y el color de su cabello es como el mismísimo cobre
Luna abrió la boca para protestar y dejarle el puesto a su hermana, pero esta se le adelantó
—Yo digo que debería de ser Luna —dijo Sol mientras le daba un pequeño empujón a su hermana—. Luna tiene el cabello más sedoso que yo —dijo con una sonrisa nerviosa mientras asentía
Las niñas vieron expectante a la mayor de las gemelas que escondió la mitad de su rostro en su característica bufanda roja de franjas amarillas. Al percatarse de que sus amigas no despegarían sus miradas de ella, soltó un suspiro de frustración
—Bien —dijo la chica mientras rodaba los ojos y una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro
