VI

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Narra Willy

-¿Te gustó? - su voz era un simple susurro que de no ser por la poca distancia entre ambos podía describirse como un murmullo; haciéndome volver a la realidad.

Abrí mis ojos lentamente enfocando de nuevo el pueblo y el ambiente tétrico que le rondaba a este; el silencio del lugar fue opacado por los sollozos de los aldeanos que poco a poco salían de sus casas para contemplar la destrucción que dejaron las explosiones y como el fuego que se creo consumía lo poco que quedada.

Mi vista se posó en una de las manos que descansaban sobre la rodilla de mi acompañante; mis dedos se acercaron tímidos y temblorosos a ella, marcando un camino, una caricia por su brazo. Cada parte de mi piel se estremeció cuando mis fríos dedos tocaron su cálida piel; nuestras manos se habían encontrado y los dedos se entrelazaron. Mis ojos se cerraron de nuevo para dejar que mi mente le dedicara atención a lo que mi piel sentía; moví mi cabeza lentamente queriendo dar respuesta a su pregunta anterior, un "si"; esperando que el chico distraído a mi lado se percatarse de lo que expresé.

-Me alegra. - sentí como su mano apretaba un poco más a la mía y su pulgar acariciaba la porción de mi piel a su alcance. Sonreí por ello.-Esta haciendo frío... Te acompaño hasta tu casa. -solto de repente junto a un gesto de caminar al ascensor

-No hace falta. -dije deteniendole y haciendo que me mirase

-Insisto... Es tarde. -me sonrió

No conteste, simplemente camine junto a él hasta el elevador; salimos de aquella cueva artificial y caminamos de nuevo por el campo de flores. Pero, esta vez ya no habían luciérnagas, de nuevo eran las flores brillando solo por acción de la luna y el césped cubierto por niebla. El camino fue en silencio y de cuando en vez nuestras miradas se desviaban hacia el pueblo en caos solo para que en nuestros rostros se dibujara una sonrisa un tanto "sádica"

-llegamos... Y gracias por la cena. -dije mirandole levemente por el rabillo de mi ojo

-De nada. -camine rumbo a mi puerta y antes de entrar a mi casa conectamos miradas; su mano se levantó en un ademán de despedida, la puerta se cerró y un suspiro escapó de mis labios.

"¿Estoy enamorado?"

La pregunta revolvio mi estómago; hoy fue la primera vez desde que me separe de Vegetta en la cual trato de ser sincero con alguien respecto a mis sentimientos; aunque fue un poco torpe lo que mostré el día de hoy ¿No?

Camine hacia la puerta del ascensor del primer piso mientras acariciaba un poco la mano que sostuvo la suya en el recorrido a mi casa. Subí y me comencé a desnudar para poder colocarme una pijama del closet. Me acomode en mi cama y me cubrí con las suaves mantas verdes; cerré mis ojos con una sonrisa dibujada en mis labios.

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El comunicador sobre la mesa a mi lado comenzó a vibrar, avisando una llamada entrante; moví mi mano torpemente buscado aquel aparato para callarlo y poder dormir un poco más, lo empuje, este cayó al suelo aún vibrando y produciendo un sonido que hacía que me dieran ganas de estrellarlo contra la pared o de lanzarlo afuera de la casa. Me levanté aún con los ojos cerrados y mientras mis ojos se acomodaban a la poca luz, tome el comunicador del suelo y lo lleve a mi oído.

-¿Hola?... -un bostezo se escapo de mis labios después de pronunciar esa palabra.

-Vege... Hip... Vegetita... Abreme la... Hip... Puerta... -la voz al otro lado de la línea daba a entender que tenía un grado elevado de alcohol en su organismo pero a pesar de que costaba entender lo que decía pude reconocer la voz...

Causa Y Efecto [Willgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora