1 | 2

151 20 1
                                    

1

—A ver, SungGyu, dime tu nombre de nuevo— pidió el doctor, sentándose sobre su escritorio para ver al chico sentado en la camilla.

Kil GungGyu.

El hombre sonrió con ternura. Tanto su madre como su novio también sonrieron un poco, aunque ya estaban bastante acostumbrados al adorable acento del chico.

— Has mejorado bastante, SungGyu, ahora pronuncias la "K" y no confundes la "S" con la "G" — Lo felicitó—. Sigue así.

El doctor comenzó a abrir cajones en busca de algún dulce para el chico, mientras, le hablaba a la señora Kim.

— Aprecio que quiera enseñarle a su hijo, pero recomiendo llevarlo con un profesional— dijo, encontró una pequeña paleta y se le entregó el pelinegro con una sonrisa—. ¿Sigue teniendo el contacto que le pasé de la fonoaudióloga?

— Sí, sí, lo tengo...— dijo la mujer, continuó hablando con el hombre un rato, pero el chico ya no los escuchó, mirando a WooHyun, quien se acercó a él con una sonrisa.

Terminó de quitarle la envoltura a la paleta para llevársela a su boca.

Pensando en qué podría ser una fonoaudióloga, SungGyu frunció un poco el ceño, a su lado, WooHyun no tardó en darse cuenta.

— ¿Pasa algo, lindo? — preguntó.

SungGyu sostuvo la paleta en su mano para hablar.

Fonoa-... Fonodea-... Fo-de- — SungGyu se palmeó el rostro con vergüenza y frustración, haciendo que una pequeña carcajada surgiera de los labios de WooHyun, quien retiró la mano del chico de su rostro para entrelazar sus dedos, viendo a su novio con las mejillas enrojecidas y un puchero en los labios.

Fo-no-a-u-dió-lo-ga— dijo, SungGyu sólo resopló, sabiendo que no podría decir esa palabra correctamente—. Es alguien que te ayudará a hablar claramente— explicó—. Y así poder decir esa palabra.

SungGyu se veía cansado.

Había pasado semanas con su madre repitiendo palabras y aprendiendo sonidos nuevos, pero parecía que nunca aprendía a hablar.

Parecía mucho más fácil seguir siendo mudo.

WooHyun apretó ligeramente su mejilla, haciendo que el pelinegro lo miraba con pocas ganas.

— No te preocupes, SungGyu, aprender a hablar es difícil, pero lo estás haciendo excelente— dijo el rubio, sonriéndole con cariño, haciendo que el rostro serio de SungGyu desapareciera, formando una pequeña sonrisa.

— Hijos míos— la señora Kim hizo a ambos voltearse para mirarla—. Continúen sus mimos en casa, vamos.

Los jóvenes se despidieron del doctor y siguieron a la mujer caminó hacia el auto.

Para que les fuera más cómodo, el doctor de SungGyu de Busan los había mandado con un colega de él en Seúl, y al menos una vez al mes debían ir para que revisaran las cuerdas vocales de SungGyu y su evolución en el habla.

Por el poco uso que habían tenido, sus cuerdas vocales eran muy sensibles, y podrían lesionarse si hablaba muy alto o gritaba, a demás que luego de hablar por largos ratos comenzaban a dolerle, haciendo que volviera a escribir sí tenía que decir algo, aunque muchas veces SungGyu prefería guardarse las palabras.

Con las semanas se le habían ido acostumbrado cada vez más, y podía hablar más alto que cuando había empezado con sus primeras palabras, intentaba no hacer señas mientras hablaba, aunque terminaba gesticulando mucho, podía guardar sus manos y ya no tartamudeando tanto al hablar.

Aunque seguía teniendo ese lindo y adorable acento infantil que hacía que todos tuvieran ganas de apretar sus mejillas o a veces no escuchaban realmente lo que decía y se quedaban sonriéndole como si fuera un bebé.

Eso lo fastidiaba mucho, pero SungGyu no tenía la culpa de ser tan adorable.

****


2

—¿Tu cumpleaños no es como dentro de un mes, SungGyu? — preguntó HoWon, sin quitar la vista del juego.

— respondió SungGyu sin más.

Se habían juntado en casa de SungJong para jugar con la Playstation y comer chatarra hasta que no pudieran más, y llevan al menos dos horas haciendo eso.

Para ese punto HoWon y SungJong habían jugado al menos tres partidas y estaban muy emocionados, a menos de un metro de la tele, moviendo el mando con furia mientras intentaban matar a la mayor cantidad de soldados del equipo contrario y sin ser aniquilados.

Por su parte, ni WooHyun ni SungGyu estaban interesados en pelear por jugar (ya que ninguno de los chicos dejaba el mando sin pelear por continuar), así que se habían acomodado en el sillón, con SungGyu acostado sobre el mismo y con la cabeza descansando en las piernas de su novio.

— ¿Diecisiete, verdad? — preguntó SungJong.

— respondió de nuevo el pelinegro, cerró los ojos cuando sintió los dedos de WooHyun acariciar su cabello, haciéndolo sonreír.

— ¿Cómo te acuerdas que será el cumpleaños de SungGyu y olvidaste el mío? — preguntó SungJong, ofendido, mirando a HoWon con el ceño fruncido.

— Recuerdo el cumpleaños de SungGyu porque sé que es como un mes después que el tuyo— respondió.

— Un mes y trece días— corrigió WooHyun.

— Hasta WooHyun recuerda mí cumpleaños, y ni siquiera es mí novio— murmuró SungJong, ofendido.

Bah— masculló HoWon—. Como si supieras mí cumpleaños...

— Treinta de diciembre— respondió automáticamente.

— Tú tienes mejor memoria que yo— se objetó el otro—. Y si tanto quieres a WooHyun porque recuerda tu cumpleaños que sea él tu novio.

— WooHyun, ¿Quieres ser mí novio?

WooHyun frunció el ceño, mirándolo con un mueca, no podía imaginar salir con el chico, pero al ver que el castaño se giraba hacia él, haciendo un gesto con la cabeza hacia HoWon y le guiñaba un ojo para siguiera el juego, el rubio comprendió.

— Me encantaría, SungJong— dijo—. Pero no podría dejar a SungGyu, ¿Te importa una relación de tres?

— Ni un poco— respondió el chico en la silla, con una sonrisa divertida.

— ¿A ti, bebé? — WooHyun miró a SungGyu, quién intentaba no reírse en voz alta por lo absurdo de la situación.

El pelinegro negó, sonriendo con gracia.

— Genial, desde hoy es el día del WooGyuJong— dijo SungJong, un poco más alto de lo normal para que HoWon los escuchara claramente.

El castaño estaba ofendido, apretó el mando con algo de enojo, volteándose para verlos con el ceño fruncido.

— Genial, qué lindos amigos, dejándome afuera de los tríos, malditos-

— ¡Te mataron! — canturreó SungJong, al ver la mitad de la pantalla de la televisión, que correspondía al mando de HoWon, en color rojo con el cartel de "Game Over", y no pudo evitar reír al escuchar al chico insultar con palabrotas que jamás había escuchado en su vida por un estupido juego.

****

❥| Mute╰☆╮Loud | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora