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Su madre sonrió con alivio cuando se volteó hacia ella, se acercó unos pasos hacia su hijo hasta quedar frente a frente, WooHyun estaba incómodo.

— Tocaste muy bien, WooHyun— dijo la mujer, el pelirrojo asintió como agradecimiento—. Ese chico te opaco bastante, pero yo te ví.

— ¿Qué chico? — WooHyun no iba a permitir que tratarán a SungGyu como "ese chico", su madre sabía quién era, eso era absurdo.

— Ya sabes... El mudo.

— Ya no es mudo, señora— se metió HoWon en la conversación, apoyó su antebrazo en el hombro de WooHyun recargándose sobre él, y el pelirrojo lo hubiera apartado pero no quería hacerlo frente a su madre.

Quería demostrarle que tenía apoyo, que no estaba solo y que frente a sus amigos ella no haría nada.

— Hola, tú... ¿Hoyong?

— Casi, pero lo acepto— dijo el pelirrosa y WooHyun sonrió para no reír—. HoWon, ¿Cómo está, señora Nam?

La rubia asintió, se notaba incómoda por una charla tan poco formal con ese chico.

— Bien, bien, gracias, ¿Podría hablar con WooHyun? — la pregunta no sonó muy amable— ¿A solas?

— Puedes hablar conmigo estando ellos presentes— el pelirrojo se encogió de hombros.

— ¿O son demasiados gays juntos para usted? ¿El arcoiris no la deja hablar bien, no?

— HoWon— murmuró SungJong para que se callara, WooHyun intentó aguantar la risa.

La señora Nam pensaba que todo aquello era una gran falta de respeto.

— Bien, si lo va a poner tan difícil— murmuró la rubia, sus ojos fueron hacia su hijo—. Venía a hacer las pases contigo, WooHyun.

Los tres jóvenes alzaron las cejas sorprendidos.

— Entiendo que no fue tu culpa, hijo— la mujer sonrió de forma casi maternal—. Yo te crié bien, temo que fueron tus juntas lo que te cambió, WooHyun... No te puedo culpar de las juntas incorrectas, hijo.

HoWon y SungJong se miraron, el mayor de los dos iba a pedir el primer turno para golpearla, pero la mujer continuo hablando.

— Y bueno, ese chico, ya sabes y... ¿Te pintaste los labios? — la pregunta sonó con asco.

— No, yo no, SungGyu sí— dijo el pelirrojo, su voz sonó molesta—. Ya sabes, mi novio, ese chico.

— S-Si, WooHyun... ¿No te das cuenta que ese chico te manipula?

— ¿SungGyu manipular? — preguntó HoWon.

— Por esto quería una conversación privada...

— O quizás para encerrarlo de nuevo— comentó HoWon, a lo que la rubia frunció el ceño—. Privación de la libertad, es un delito, podría estar en prisión.

— Bien... WooHyun ví cómo ese chico en el escenario te obligó a tomar su mano, y te besó sin tu consentimiento... Si eso pasó frente al público no quiero imaginar lo que debe manipularte y obligarte a otras cosas en privado.

— Sí porque a WooHyun no le gusta cu-

— No es el momento, HoWon— la voz enojada y grave de WooHyun lo hizo callar y bajar la cabeza—. Si vienes a decir estupideces, puedes irte— dijo con desprecio hacia su madre. — No, no, WooHyun, no comprendes— la mujer se acercó a él un paso más—. Te estoy dando una oportunidad de volver a casa, WooHyun, lejos de todo esto que no eres, hijo.

— Sí lo soy.

— Te han lavado el cerebro— la mujer suspiró—, es difícil pero no imposible, WooHyun, ya me encargué de que ese chico no vuelva a molestarte, sólo queda-

— ¿Qué? — WooHyun enrogecio de furia— ¿Qué le hiciste?

WooHyun miraba a la mujer con furia, HoWon y SungJong se miraron con miedo y el pelirrosa se apartó del mayor, escondiéndose detrás de la silla del menor.

— Eres libre, WooHyun— la mujer sonreía ampliamente, quiso abrazar a su hijo, pero el pelirrojo la apartó bruscamente y salió corriendo rumbo a los baños.

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WooHyun empujó la puerta del baño con fuerza al entrar.

— ¡SungGyu! — gritó su nombre sin importarle la mirada rara que le dedicó un estudiante que estaba frente al mingitorio.

Fue a los cubículos de los retretes, tocó rápidamente antes de abrir cada uno, pero no había nadie.

Se tomó un segundo para pensar.

Su madre no le haría nada en los pasillos, debía estar en los baños y pensó en que quizás había obligado a SungGyu entrar a los baños de mujeres, y salió del baño de hombres dispuesto a entrar sin dudarlo.

Escuchó sollozos detrás de la puerta de los baños para personas de movilidad reducida.

Abrió la puerta rápidamente.

SungGyu estaba allí, presionaba su pecho con sus brazos, estaba sentado en posición fetal en un rincón.

— ¡SungGyu!, SungGyu...

Comenzó a agradecer mentalmente.

WooHyun se acercó hacia él, lo abrazó con fuerza, lágrimas se acumularon en sus ojos.

— ¿Qué te hizo? ¿Qué pasó? Por favor, ¿Estás bien?...

El pelirrojo se apartó del abrazo para alzar su rostro, buscando marcas de lastimaduras, encontró la forma de una mano en un lado de su rostro , de un color rojo, su boca se abrió un poco por la impresión.

Nadie golpeaba a su SungGyu, no iba a permitirlo de nuevo.

SungGyu no había dejado de llorar, su maquillaje de había corrido, rogaba con su mirada que su novio volviera a abrazarlo.

Woo-Hyun...— sollozó.

— Estoy aquí, bebé— WooHyun tomó sus mejillas, mirando sus ojos que le partieron el corazón—. ¿Qué te hizo, SungGyu?

SungGyu sollozó un poco más y WooHyun comenzó a dejar caricias sobre sus mejillas y sus cabellos, lo abrazó con firmeza de nuevo.

M-Me di-jo c-cosas fe-as— murmuró entre lágrimas—. Y-y due-le.

— ¿Duele? — WooHyun se apartó para mirarlo con preocupación, SungGyu apretó sobre su pecho un poco más, sobre su corazón.

WooHyun dejó una mano sobre las de SungGyu, el menor las apartó, el pelirrojo acomodó sus manos sobre ese mismo punto, sin sentir nada irregular sobre su cuerpo, desabrochó unos botones de su camisa para ver su piel, no había nada.

Suspiró con alivio.

— Ay, SungGyu... — dijo—... Creí que te había golpeado o algo peor... — miró sus ojos—. No le hagas caso, olvida todo lo que te dijo... Ya estoy aquí, bebé, no dejaré que te haga algo.

WooHyun volvió a abrazarlo, dejando que descansara su rostro en su cuello, al cabo de un rato, los temblorosos brazos de SungGyu lo abrazó también.

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❥| Mute╰☆╮Loud | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora