❥| Mute╰☆╮Loud | ➳[WooGyu]

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Al llegar a la cabaña, cerrando la puerta detrás de ellos, SungGyu fue directamente hacia sus pertenencias, buscando el cuaderno mientras WooHyun hablaba.

— Me dijo que SungJong está en un tratamiento para volver a caminar, pero que quiere dejarlo.

SungGyu asintió, pasó las páginas hasta que encontró la primera en blanco, escribiendo rápidamente.

"Me dijo que no están peleados".

WooHyun hizo una mueca.

— Creo que sí están algo peleados— dijo—. Hoya dice que discutieron, porque él no quiere que deje el tratamiento.

"Jjongie dice que no es seguro que pueda volver a caminar".

— Es un proceso largo... Pero debe creer en él para lograrlo, al igual que en el tratamiento, esforzarse un poco y no abandonarlo... Sino, nunca tendrá resultados.

SungGyu asintió, ambos quedaron en silencio unos segundos.

— Hoya dijo que hablaron fuerte acerca del tema... Qué SungJong terminó llorando y él lo dejó así.

SungGyu frunció el ceño con eso.

"Está mal".

— Si, ya lo golpee por eso— WooHyun suspiró—. Le dije que deben hablar bien, tranquilos, sin gritos... Es lo mejor.

SungGyu asintió.

" SungJong se siente mal por lo que pasó".

— Ya lo creo— murmuró WooHyun.

El rubio camino hacia SungGyu, sentándose a su lado, sobre la cama donde el mudo dormía.

El pelinegro no tardó en acomodar su cabeza en el hombro de WooHyun, suspiró pesadamente.

— Qué fácil que la gente puede complicar el amor— murmuró el rubio, SungGyu asintió.

El chico mudo buscó la mano de WooHyun, tomándola y entrelazando sus dedos, ambos sonrieron.

— Nunca complicaría nuestro amor, ¿Sabes?

SungGyu asintió.

— Me gusta estar contigo, SungGyu, estoy tan enamorado de nuestra relación como lo estoy de tí.

El chico se ruborizó, escondió el rostro en su mano libre, separándose del hombro de WooHyun.

El rubio sonrió, le parecía adorable cuando SungGyu se ponía así, esperó a que el chico lo mirara, para tomar su mejilla con suavidad, uniendo sus labios en un lento y cariñoso beso.

— Te amo— susurró, mirándolo a los ojos.

"Te amo" dijo en señas el otro, sonriendo tan ampliamente que sus ojos se escondían como líneas sobre sus abultadas mejillas.

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