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WooHyun llegó pasada la media noche, bastante agotado.

Sus piernas y brazos dolían por tirar y cargar equipaje por seis horas seguidas.

No sabía que tantos turistas iban a Seúl, y específicamente, a ese hotel, y tampoco cuántas porquerías llevaban en sus maletas por pesar tanto.

Su turno había terminado a las doce, tuvo que cambiarse, dejando el uniforme allí, y caminar las siete cuadras que lo separaban de la casa de los Kim, suspirando con alivio al sentirse en casa.

Subió las escaleras sin hacer ruido, yendo hacia el cuarto.

Encontró a SungGyu dormido, abrazando la almohada que él usaba, acomodado en posición fetal en la cama.

Sonrió con ternura, dejó sus cosas y se desvistió hasta quedar en ropa interior, antes de meterse en la cama.

Intentó quitarle la almohada a SungGyu sin despertarlo, pero el chico se removió, abrazandola aún más fuerte.

— WooHyun~— lo escuchó murmurar, mientras hundía su naricita en la almohada.

— Ya volví, bebé— susurró el pelirrojo, se acercó a él para dejar un beso en su mejilla, para luego dejar otro en sus labios, despertando a SungGyu, quien lo miró con ojos cansados, soltando la almohada para estirar los brazos hacia él, abrazándolo en su lugar.

WooHyun rió un poco, su novio era tan lindo, y el sueño lo hacía ver más adorable.

Se acomodó a su lado, y SungGyu dejó descansar su mejilla en parte del hombro del mayor, mientras abrazaba su brazo como su fuera un peluche.

Pasaron unos cuantos minutos en silencio hasta que SungGyu habló:

Me olvidé, de que tra-bajas— murmuró.

WooHyun tardó unos segundos en responder.

— Quería volver a casa y estar contigo, pero no podía— sonrió con cansancio.

Otros segundos en silencio, SungGyu quería decirle las noticias desde hacía varias horas.

Me dieron un so-lo— dijo el castaño—, de baile, para la mues-tra.

WooHyun se giró hacia él para besar su frente y acariciar un poco su cabello.

— Mi bebé se lo merece— dijo, haciéndolo sonreír—. Seguro te saldrá perfecto— añadió—, no me sorprendería del mejor bailarín del mundo.

SungGyu se ruborizó completamente, escondiendo su rostro en el brazo de WooHyun, el pelirrojo apenas lo sintió, a los pocos segundos ya estaba dormido, agotado por el cansancio de su primer día.

Acurrucado junto al cálido cuerpo de su chico, SungGyu tampoco tardó mucho más tiempo en dormirse, con muchísima más facilidad que la que había tenido cuando WooHyun no estaba con él.

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Más días pasaron igual, con SungGyu quedándose horas extra en la escuela para aprender su solo, WooHyun yendo a trabajar y regresando muy tarde y agotado para hacer otra cosa a demás de dormir.

SungGyu se entristecía por cada hora que le robaban a su WooHyun, aunque volvía a la normalidad en cuanto lo abrazaba en las noches.

Pero donde peor se sentía era cuando la clase de baile de terminaba, y él quedaba sólo estirando un poco sus músculos, al pensar que las horas que quedaban eran para morir de aburrimiento hasta la medianoche.

Mientras estiraba sus piernas en el suelo, la puerta de la sala de baile fue tocada dos veces, haciendo que alzara su vista, encontrándose con su querido director.

SungYeol le dedicó una sonrisa.

— Todavía no tuve el placer de ver tu baile— dijo, acercándose a él, se sentó junto al castaño, quien aún estaba algo agitado por la clase, sus mejillas estaban rojas y sólo respondió con una sonrisa cansada—. ¿Te está gustando?

SungGyu asintió con ganas.

— Lo harás genial— lo animó el mayor—. Hace mucho que no estoy con ustedes, ¿Pasó algo interesante?

SungGyu pensó un momento, se acomodó en el suelo, para sentarse mejor y ver a su director.

Jjon-gie— dijo—. Se pu-so de pié, el otro día.

SungYeol abrió los ojos de más, antes de sonreír con alegría.

— ¡Qué bien! Y todavía no lo felicité— se sintió un poco mal, e hizo nota mental para hablar con el chico al día siguiente.

Y... ¿Tú? — preguntó SungGyu, con sutileza.

SungYeol no dejó de sonreír.

— ¿Recuerdas en tu cumpleaños? ¿Que tuve que ir con MyungSoo? — SungGyu asintió—. Pues fuí, sin ganas, pero la cosas resultaron bastante bien.

>>Se supone que debía consolarlo, pero terminamos discutiendo y se podría decir que me declaré— dijo—. No fue tan romántico y bonito como hubiera querido, pero le dije... Y también todo lo que pensaba de su estúpida relación con MinSeok— añadió, en tono casi de asco.

SungGyu sonría ampliamente al ver a su director tan feliz.

— Fue muy raro, SungGyu, pero me correspondió— dijo, sonriendo—. Me dijo que yo le gustaba también, pero que creía que yo era como "demasiado" para él... ¡Ja!

>> También me confesó que sí sentía algo por MinSeok, pero que se debía más a todo lo que habían hecho, toda su historia... Y que conmigo era diferente, porque me quería exactamente igual que a él, pero sin que hubiéramos hecho nada... Y eso lo confundía un poco.

>> Esa noche sólo nos besamos, no nos malinterpretes— aclaró SungYeol, hablando rápido, haciendo que una risa escapara de los labios de SungGyu—. Todavía no le pedí ser mi novio, si fuera por mí, nos casaríamos, pero debo ir lento.

SungGyu rió más fuerte por las palabras del mayor.

— Estoy muy feliz, SungGyu— confesó SungYeol, su sonrisa sólo lo reafirmaba—, realmente feliz.

SungGyu sonrió por él, de alguna forma, se sentía orgulloso por su mayor.

— Oh, tu madre me pidió que te llevara hasta tu casa— dijo—, estaba haciendo unas compras, ¿Quieres ir?

SungGyu asintió, levantándose rápidamente para tomar sus cosas.

En su mente, quería apurarse, la idea de que mientras más rápido llegara a casa para que más rápido llegara WooHyun lo llenaba de energía.

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❥| Mute╰☆╮Loud | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora